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Auto de prisión provisional sin fianza para un conductor ebrio
Un juzgado de instrucción de la provincia de Barcelona ha tomado la inusual decisión de decretar prisión sin fianza para un conductor que fue detenido, conduciendo en estado de embriaguez cuadriplicando la tasa de alcoholemia permitida, tras atropellar mortalmente a un peatón y, seguidamente, darse a la fuga. Según el auto, de esta forma se garantiza la seguridad del resto de usuarios de la vía.
El conductor, tras ser detenido por los Mossos dEsquadra, pasó a disposición judicial como acusado de los delitos de homicidio imprudente, contra la seguridad en el tráfico por conducción bajo los efectos del alcohol y omisión del deber de socorro. El conductor reconoció que había ingerido alcohol, que se quedó en blanco y que sólo recuerda al peatón saltando por los aires.
La petición del fiscal consistía en prisión provisional con fianza de 3.000 euros; sin embargo, el juzgado ha considerado que la protección de las víctimas es esencial, que en este caso son cualquiera de las personas que se ven en peligro a causa de la conducta de quien conduce en estado de ebriedad u otro análogo. Según el citado auto, la constante siniestralidad en el tráfico rodado obliga también al juez instructor a adoptar medidas rigurosas y, en cierto modo, ejemplarizantes, porque no se puede olvidar que en este desgraciado caso hay una persona fallecida a causa de la presunta conducción etílica del denunciado, y todo ello con la añadidura del rechazo que produce que no regresara al lugar del siniestro para auxiliar a la víctima, huyendo del mismo.
A mayor abundamiento, el auto se ha sustentado en la afirmación del acusado de que estaba en perfectas condiciones para manejar el vehículo, concluyendo que, por tanto, el conductor no es consciente de la gravedad de su conducta, luego hay un claro riesgo de reiteración delictiva.
El conductor, tras ser detenido por los Mossos dEsquadra, pasó a disposición judicial como acusado de los delitos de homicidio imprudente, contra la seguridad en el tráfico por conducción bajo los efectos del alcohol y omisión del deber de socorro. El conductor reconoció que había ingerido alcohol, que se quedó en blanco y que sólo recuerda al peatón saltando por los aires.
La petición del fiscal consistía en prisión provisional con fianza de 3.000 euros; sin embargo, el juzgado ha considerado que la protección de las víctimas es esencial, que en este caso son cualquiera de las personas que se ven en peligro a causa de la conducta de quien conduce en estado de ebriedad u otro análogo. Según el citado auto, la constante siniestralidad en el tráfico rodado obliga también al juez instructor a adoptar medidas rigurosas y, en cierto modo, ejemplarizantes, porque no se puede olvidar que en este desgraciado caso hay una persona fallecida a causa de la presunta conducción etílica del denunciado, y todo ello con la añadidura del rechazo que produce que no regresara al lugar del siniestro para auxiliar a la víctima, huyendo del mismo.
A mayor abundamiento, el auto se ha sustentado en la afirmación del acusado de que estaba en perfectas condiciones para manejar el vehículo, concluyendo que, por tanto, el conductor no es consciente de la gravedad de su conducta, luego hay un claro riesgo de reiteración delictiva.
