Soy presidenta de mi comunidad, pero en la última reunión la administradora planteó un tema que no estaba en el orden del día, aunque relacionado con uno de los puntos. El tema es que convoqué porque en la reunión anterior había hecho lo mismo, es decir, plantearnos una cuestión nueva de la que tuvo conocimiento dos días antes. Como en esa primera extraordinaria pese a esto se votó un pago, yo convoqué esta segunda reunión dos semanas después porque entendía que esa votación no era legal, y quería así, legalizar la decisión tomada en la primera incluyéndola en el orden del día.
La cuestión es que, en esta segunda reunión, como os decía, trae una información nueva. Lleva a los vecinos a su terreno y votan, a lo que me opongo por no estar en el orden del día que yo establecí. El tema de éste era votar pagar un proyecto para la piscina, pues éste no aparecía, y llevamos sin licencia cinco años. Ella nos informó de que además, después de llevar un año diciéndonos que sólo faltaban los dosificadores para obtenerla (según acta de inspección) ahora habría que aplicar la nueva normativa, por lo que entonces habría que poner una escalerilla más y ampliar la playa.
Para esta nueva información (aprobar pagar un proyecto porque no aparecía el del promotor) votan hacer dichas obras. A esto, además de negarme, digo que no sólo no puede votarse, sino que ni siquiera hay presupuesto que debatir y votar. Entonces dijo que "se faculta a la junta directiva a elegir el presupuesto más barato". La votación la hizo con un corrillo de vecinos que la rodearon, teniendo yo misma que preguntar qué era lo que habían votado. Una falta de respeto total. Todos los vecinos cargaron contra mí por negarme a aceptar la votación, ya que decían que se podía entender incluido en ese punto, aunque no era así, porque el orden del día no decía: “Nueva información para la obtención de la licencia de la piscina" sino "Nueva información sobre el proyecto de la piscina".
Ayer llegué a casa y vi que han vaciado la piscina (¡!)para poner la escalerilla que según normativa actual falta, y supongo que seguirá la playa. Del inicio de la obra no me han dicho nada, ni conozco su coste. Pensando en tanta irregularidad,creo que la administradora (que en realidad tampoco lo es, porque el administrador es su jefe) ha debido de apoyarse en que la “Junta directiva” somos tres, es decir, ella (que no lo es), el vicepresidente, que estaba a favor de hacer la obra, y yo misma, como presidenta. Entonces habrá pensado: “como somos dos (el vicepresidente y yo) contra una (la presidenta) por mayoría elegimos nosotros dos los presupuestos, y así no nos hace falta la presidenta para poder hacer esto”
Además todo esto tiene el agravante de aprobar para estos pagos dos derramas extraordinarias para julio y agosto, que además deberían ser a cargo del promotor y por tanto no nos corresponderían. ¿Pueden obligarnos a pagarlos?
Por otro lado, ¿puede pedirnos una derrama por el total de unos gastos (esto en general, y no en este caso concreto) si el fondo de reserva puede cubrir parte de ellos?
Y si me negara yo misma a pagarlos ¿pueden negarme el derecho al voto en la junta ordinaria a celebrar en agosto? ¿Podría alegar, en su caso, que hay fondo de reserva para una parte de los mismos, o si digo esto ya los estaría validando, algo que no quiero hacer? ¿qué sería mejor?
¿Qué ocurre si me niego a firmar ese acta, porque entiendo que se votó algo que no pude incluir en el orden del día, pues hasta la reunión misma no fuimos informados, o podrían decirme que se puede “sobreentender” incluido por estar relacionado, como pretenden? Es que no es así, la verdad.
¿Puedo anular esa junta extraordinaria si realmente, como parece, la persona que asistió como Administradora, se confirma que no lo es? Lleva con nosotros año y medio y es la que siempre asiste, aunque pensaba, al menos yo, que sí estaba colegiada. Ahora, ante esto, me lo planteo.
En caso de no estarlo ¿la decisión sobre los presupuestos y el desembolso es válida, si el administrador (al que ni siquiera conocemos) no estuvo en la reunión?
¿Pueden aprobarse unos gastos pese a su indefinición, es decir, a no saber cuánto hay que pagar (aun autorizando a la junta directiva a elegir el presupuesto más barato, y no estar cuantificados? No recuerdo el nombre técnico de esto. Lo encuentro arbitrario y elástico dejar esto al juicio de dos o tres personas.
¿Qué ocurre si no estoy conforme con el acta que ella redacte y me niego a firmarla? Puede ignorame y dársela al vicepresidente a firmar, pese a haber estado yo presente en la reunión? ¿Cómo hay que proceder en estos casos en que es la propia presidenta la que no está conforme con el acta? Cuando me la mande, claro, porque aún no lo ha hecho.
Bueno, perdonad que me haya extendido, pero estoy muy preocupada por la forma de estar llevando este tema la “administradora” .