Somos un matrimonio ya mayor, nuestro único hijo falleció. Hemos hecho testamento dejándolo todo uno al otro.
Mi temor es que mi esposa tiene una hermana bastante más joven que ella cuya mayor "virtud" es la avaricia y manipular a los demás, yo la considero una psicópata, y sé que si yo me voy antes buscara la manera de exprimirla hasta dejarla sin nada como ya hizo con su propia madre.
Por otro lado no quiero perjudicar a mi esposa dejando mi parte a mis sobrinas y que ella no pueda disponer de lo que necesite.
Me gustaría saber si hay alguna forma de evitarlo.
Puede usted constituir un fideicomiso testamentario, es decir, entregar post morten sus bienes a una institución para que los administren en favor de su esposa, quien no podrá tocar esa masa hereditaria. Con ello, evitará que su cuñada tome decisiones sobre esos bienes o manipule a su esposa para que lo haga ella, y a ella le sería suministrada esa masa hereditaria según disponga usted en su testamento (por ejemplo, una asignación mensual). Asimismo, existe el llamado "fideicomiso de residuo", que se refiere a los bienes que todavía no hayan sido enajenados en el momento de la muerte de su esposa, y sobre los que tiene que decidir usted. Le saldrá por un precio razonable y podrá usted descansar tranquilo. La porción legítima de su esposa es intocable, y la institución encargada del fideicomiso ha de entregarla por ministerio de la ley. Se trata de un tercio de su masa hereditaria, que quedará gravado con un usufructo vitalicio en favor de su viuda. Pero es poco plausible que su cuñada enrede con un derecho personal de uso, como es el usufructo.