"sin prueba no hay delito"
Sería preciso añadir "excepto en los casos de género". Como en los tiempos oscuros, la inculpación se ha convertido otra vez en el arma más segura de venganza, ya que la propia mano del Estado interviene como cómplice.
Los miembros de los distintos estamentos forenses, a poco que guarden un mínimo de fidelidad a los principios asimilados en sus viejos tratados universitarios, coincidirán con nosotros en que una justicia de género es una justicia degenerada.