Quién soy yo para juzgar que cada quien quiera llamar a las cosas de un nombre o de otro, lo que yo no quiero es duplicar las palabras, ni que por eso se me tilde de machista. Prefiero llamar la Juez a la Jueza, así como prefiero llamar "el taxista" en vez de "el taxisto", o llamar "la culpable", en vez de la culpabla. En fin que si de rizar el rizo se tratase, y si sólo nos fijamos en qué es lo que tenemos en la entrepierna, y como están las cosas, algunos indecisos, gays o lesbianas,no sabrían cómo llamar a cada cosa. Por eso yo me quedo con el vocabulario tradicional, y me centro en aspectos que realmente me importan como es la igualdad, y la libertad que hoy en día están poco presentes en nuestras leyes. No obstante acepto la crítica, porque cada quien lo ve desde su prisma, ¿o más bien debería decir desde su entrepierna?.
he leído atentamente tu correo y me lleva a realizar las siguientes
reflexiones:
1. En primer lugar, y como vengo escribiendo siempre, estoy completamente de
acuerdo contigo en k la ley actual sobre el maltrato es discriminatoria para
los hombres. Así k estoy en contra de dicha ley. Lo k debería regular es el
maltrato en si, como concepto, independientemente de kien o k sea lo
maltratado.
2. Pero tb procuro k los árboles me dejen ver el boske. Ni todas las mujeres
son/somos malas, ni todos los hombres tampoco. Y al revés. No todas las
personas son/somos buenas. Ni sikiera una misma persona es buena o mala
siempre. Asi k las generalizaciones sobre la maldad o la bondad de unos y
otras me parece exagerada.
No estoy de acuerdo en k a cualkier hombre separado se le considere culpable
sin más. Desde luego en los círculos en los k yo me muevo rotundamente no.
Así k esa generalización tb me parece exagerada.
3. El lenguaje es importante. Las palabras expresan conceptos, ideas,
sentimientos. Con frases nos explicamos, intentamos decir lo k pensamos o
creemos. Por eso es importante cada palabra. Y cuando se dice "hombre", por
muy genérico k se pretenda k sea, la imagen k se representa en mi cabeza es
la de una persona con un par de testículos y pene. Mientras k si oigo la
palabra "ministra" la imagen k se me viene a la cabeza es la de una persona
con tetas. Así k mira si es importante el lenguaje.
Permíteme k kiera verme como soy, con mis tetas, una a cada lado, y
permíteme k no kiera verme a través de unos testículos. Estoy en mi derecho.
Y con esto no solo no se le hace daño a nadie. Todo lo contrario, nos
enrikecemos. Enrikecemos el lenguaje.
4. Estoy convencida de k hombres y mujeres somos diferentes pk los valores
con los k nos educaron y se sigue educando, son diferentes. Y claro esta eso
da lugar a personas distintas. En cada lado hay cosas buenas y malas. Yo he
incorporado a mi vida muchas valores tipicamente masculinos pk sencillamente
me parecen cojonudos. Pero sigo conservando akellas fortalezas tipicamente
femeninas k tb son ovarudas. (Creo k por eso recibo tantos palos tanto de
unos como de otras). Pero k kieres k te diga, me siento mucho mejor. Soy una
PERSONA feliz.
5. Por último, me gustaría proponerte algo: intenta comprender k se esconde
detrás del discurso femenino. Cuales son los valores con los k nos criaron.
Cuales son nuestros miedos, nuestras angustias, nuestras penas y nuestras
alegrías. Yo lo he hecho con los hombres y desde k conozco mas el alma
masculina he aprendida a respetaros cada vez más. Y no solo eso. Tb he
aprendido a kereros.
Tan triste es creer que todos los hombres son iguales como lo es creer que todas las mujeres son iguales. Esta desdichada y discriminadora ley no es una cosa creada por "las mujeres" en la que nada han tenido que ver "los hombres". En realidad, es un engendro producido por la confluencia de intereses (y de ceguera) de una pandilla de políticos de ambos sexos (recuerde que ha sido votada por todos los parlamentarios).
A poco que lo analice, no es más que una manifestación del tradicional "las señoras primero" tan propio del machismo. A las mujeres en cuanto colectivo tal ley no las va a beneficiar en lo más mínimo. Desde luego habrá muchas mujeres sin escrúpulos que se beneficiarán de ella aprovechando el desamparo jurídico en que van a quedar los hombres. Pero los hombres también tienen madres e hijas que indirectamente resultarán perjudicadas, del mismo modo que las falsas acusadoras también pueden tener amantes masculinos que se beneficien de sus injustamente adquiridas prebendas.
Nada hizo más daño a las ideas socialistas que el "socialismo real", y posiblemente nada haga hoy más daño al feminismo originario (al que pretendía sinceramente la igualdad de sexos) que eso que hoy se ha dado en llamar feminismo.
Ante este gobierno, que ha convertido la discriminación por razón de sexo y el hembrismo en su bandera sólo cabe por parte de los hombres y de las mujeres que gustan de la libertad lo siguiente:
1- Negarse a tener hijos para ser entregados a un sistema donde se humilla sistematicamente a los chicos y luego a los hombres. (Ejemplo: la condena por homicidio media de un hombre son 20 años , la de una mujer 12)
2- Negar el voto a los partidos que practican la discriminación.
3- Rebelarse y empezar a alzar la voz en cuantos foros podamos contra el fascismo hembrista y el feminismo discriminatorio.
4- Denunciar el derroche de dinero público para crear Institutos de la verguenza como el Instituto de la mujer olvidándose de los hombres: el 48 % de la población.
5- Denunciar la publicidad y los anuncios sexistas contra los hombres y la tolerancia social ante esos comportamientos.
6- Negarnos a condenar la mal llamada violencia de género mientras las leyes discrimiantorias sigan en marcha en españa.
Los que me leen, que sepan que yo ya he comenzado: me niego a comer, compartir mi mesa, hablar o votar a cualquier hembrista o a quienes les apoyan. Unete, cada comportamiento individual es un gran triunfo.
No sé ustedes pero yo, estoy empezándome a cansar de tanta chapucería, de tanto cambio inútil, de tantas leyes nuevas que no aportan nada bueno, con el fin de conseguir el “braguetazo electoral” para ganarse adeptas en un caso y los votos de homosexuales en otro. De que se pretenda acabar con los derechos de los que menos protestan para conseguir los votos de ellas y de los otros, y que se piense muy poco en la familia, en los niños, que es lo que debería realmente importarles a nuestros políticos.
Estoy cansado de que por ser padre separado, se me trate como sospechoso criminal y maltratador, que por culpa de una minoría de hombres machistas y de unas perversas feministas, unos políticos carentes de principios sólo busquen no perder el culo, a base de recortar las libertades y derechos de los hombres y de los niños.
Me empiezo a cansar de ver al Ministro de Justicia con su acento Canario en programas estilo reality show de los 58, o no se cuantos segundos, oír decir que todo se hace para proteger a la mujer cuando lo único que hace realmente es proteger su silla en el parlamento.
Yo no quiero que mi hija pague las consecuencias de tanta tontería progresista en el futuro, que no pueda casarse ni tener hijos, porque o ya no esté bien visto, o no haya hombres dispuestos a pasar por la vicaría por miedo a perderlo todo.
Estoy cansado del populismo de este partido en el gobierno que llegó de rebote para reírse de lo ignorante que es su pueblo, y que aproveche la oportunidad para crear su propio reinado de Taifas.
Quiero un país con valores, con principios, con igualdad ¿es mucho pedir?. Donde se respete la vida de los no nacidos y de los que no quieren seguir vivos. Pocos parecen querer ya una sociedad así. Espero que aquellos que hablan de lo políticamente correcto, por no ofender a tanta dama, vean más allá de sus narices, que no nos tomen por ignorantes, pues aunque no lo crean algunos de nosotros vemos claramente su jugada.
Estoy cansado de tanta historia barata, de quieran manipular al personal y que algunas pretendan quedar más puras que la “inmaculada concepción”. De ser el que siempre paga la factura, el que invita a la mujer porque es lo correcto en un caballero, para que luego ellas nos echen en cara de sus discriminaciones positivas y los derechos de la mujer, Estoy cansado de que algunas al amparo de las leyes sesgadas a favor de la mujer se aprovechen para expoliar, chantajear, encarcelar y generar a base del miedo una “plebe masculina sin derechos”.
Por cambiar, se nos quiere cambiar hasta el uso del leguaje, para no ofender a aquellas pobrecitas mujeres que no se las toma en cuenta. ¿Que llamemos “Congreso de los Diputados y Diputadas”, que leches nos importa y qué demonios nos aporta?. Yo lo que quiero es referirme al género humano sin hacer distinciones de sexos, sin buscar el enfrentamiento y sin complicarme la vida al hablar.
No quiero ver juzgados creados únicamente para hombres, como tampoco quiero ver juzgados para judíos, gitanos o negros. No quiero que me obliguen a dejar de ver a mis hijos por el simple hecho de haberme separado, y a que me expulsen de casa como si de un delincuente se tratara por el simple hecho de ya no querer compartir la vida con mi pareja, quiero que si algún día tengo la desgracia de ser detenido, prevalezca la “presunción de inocencia”, y no que por el simple hecho de ser hombre, o negro, o gitano, prevalezca más bien la presunción de culpabilidad como ocurre actualmente con las leyes de violencia doméstica.
No sé ustedes pero yo, estoy harto de que justos paguen por pecadores. Porque a este paso por nacer hombre habrá que llevar brazalete, por si acaso algún día se nos tuercen las palabras o reaccionamos bruscamente.
Estoy tan cansado de todas ustedes feministas y políticos mamarrachos que voy a practicar un acto de desobediencia que va contra todo lo que hasta ahora creía y que había pensado que era inútil: voy a votar “NULO” en el próximo referéndum. Clamando al cielo y tal vez en solitario por la libertad e igualdad de nuestros hijos, para liberarlos de la esclavitud de vuestros preceptos a los que nos queréis someter. Esperando que el principio de igualdad ante la ley se cumpla algún día, y que los valores superiores de nuestra constitución o la europea: la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo político se cumplan y nunca se olviden. Por eso en el referéndum de la aprobación de la Constitución Europea yo votaré escribiendo en la papeleta: “¡No a las leyes sexistas y discriminadoras, custodia compartida ya!”.
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