mi mujer no ha trabajado nunca todo lo que tenemos de patrimonia asi como algo de dinero ahorrado lo he ganado yo. Pero todo lo tenemos a nombre de los dos (estamos casados en Barcelona)
en el supuesto caso de separacion matrimonial tenemos que repartirlo todo aun que ella no haya contribuido economicamente en dicho patrimonio.
si estuviera todo a mi nombre y estando casados igual ella tendria algun derecho. (y si lo pongo todo a mi nombre para prevenir si algun dia nos separaramos).
en barcelona rige el regimen economico de separacion de bienes, si esta a nombre de los dos esos bienes se deberan repartir al cincuenta por ciento.
para poder poner esos bienes a tu nombre, es necesario que exista un negocio juridico previo (contrato compraventa, donacion...)
de todas formas estoy de acuerdo con lo manifestado por "una mujer". eso es lo mas justo.
Yo entiendo que cuando dos personas se casan de mutuo acuerdo, es con la condición de compartir sus vidas enteramente y con la aceptación explícita de esa premisa. Y ahí debería entrar todo. Cada uno pondría lo que pudiera y haría lo que supiera hacer, pues el matrimonio es así, y es como se supone que se aceptó previamente; "Lo tuyo nuestro y lo mio de los dos". O al menos yo pienso que debería ser así.
Yo no estuve casado pero sí conviviendo con una mujer con la que escrituré a medias una propiedad que compré con el dinero que yo ganaba, pero no como pago a sus posibles trabajos en la casa, pues eso era algo que siempre compartimos entre los dos, sino como una medida de seguridad para ella si yo moría antes, y debido al hecho, precisamente, de no estar casados. Sin embargo después ella se compró otra propiedad con mis ahorros y la escrituró a su nombre solamente para, acto seguido, dejarme plantado y reclamar judicialmente la mitad de la casa en la que ella figuraba, alegando que estaba en su derecho como pago por los trabajos que había realizado en la misma. En este caso, su lema era "Lo tuyo nuestro y lo mío para mi" o aún peor. Aparte de que eso de cobrarse sus supuestos trabajos no fue el trato que hicimos en un principio.
No obstante y a pesar de mi experiencia, aún comparto las razones de "una mujer", pues lo que ocurrió en mi caso no tuvo nada que ver con un matrimonio ni con una convivencia como Dios manda.