Los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas convienen a las feminazis, porque les proporcionan más argumentos y dinero del Estado a esos colectivos y organismos públicos feminazis (Instituto de la Mujer, etc).
La nueva ley de protección a las víctimas de la violencia doméstica conviene a las asociaciones de padres porque, como resultado de la previsible utilización fraudulenta de esa ley por parte de mujeres, abogadas, jueces y feminazis (denuncias falsas de malos tratos), cada vez más injusticias caerán sobre los ya discriminados padres separados, y más tentados se sentirán éstos a asociarse y unir sus fuerzas contra los anteriormente mencionados sinvergüenzas.
Cada cosa tiene su ciclo antes de morir, y esta ley supone un gran paso para que la Gran Mentira feminazi acabe explotándoles en la cara a todas las feminazis y a los corruptos que las apoyan a ellas y a lo políticamente correcto.
La Verdad es más terca y poderosa que la mentira, y siempre acaba por salir a flote.