Los padres que se ven inmersos en el Síndrome de Alienación Parental tienen una media de 35 años cuentan con formación superior.El fin de semana alterno les parece poco para estar con sus hijos.
La mayor parte de las denuncias por abusos sexuales contra uno de los padres en las separaciones contenciosas son falsas. Los acusados funden su patrimonio para defenderse de las acusaciones.
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Es el número de víctimas que se suman a los efectos del Síndrome de Alienación Parental en toda España. Esta cifra supone un tercio de las separaciones contenciosas del país.
El 20% mujeres
El SAP no entiende de géneros. El 20 por ciento de las víctimas son las madres pese a que sólo el 5 por ciento de los padres tiene la custodia. Los abuelos también son víctimas y verdugos.
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El tiempo juega en contra de los hijos. Pese a que los informes psico-sociales alertan de casos de alienación en un tercio de las separaciones contenciosas los retrasos de los juzgados de Mallorca suponen que un divorcio pueda alargarse hasta dos años. "Con la huelga de funcionarios la espera será más larga" según Aguilar. Los padres alienadores aprovechan este valioso tiempo "para seguir mal metiendo y mientras tanto los hijos crecen". Cuando por fin se toman cartas en el asunto el reencuentro con el padre afectado es traumático.
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El Síndrome de Alienación Parental acompaña a los hijos-víctima toda la vida: "Con transtornos ansiosos y depresivos de mayores descubren la verdad. Se sienten engañados por el alienador y culpables por maltratar al otro". Muchos repiten el modelo en su propia descendencia.
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Jueces y periodistas
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El padre que padece las consecuencias "es una persona dialogante, que intenta solucionar el problema". Su nivel es medio-alto y abundan entre periodistas, médicos, jueces e incluso diputados.
"Se está produciendo un cambio social. La paternidad es compartida y pelean por sus hijos", aclara el psicólogo, que añade que "los niños vienen con vivienda y pensión". Una circunstancia que dificulta aún más el divorcio.
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Según Aguilar, tanto padres como madres son víctimas del SAP, ya que "la mala leche no tiene sexo, como dijo un juez de familia".
El perfil del progenitor que aliena es "una persona que confunde el conflicto de pareja con la relación padre-hijo y le introduce en el problema con frase tipo tu padre no paga la pensión o tu madre nos dejó".
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Niños educados para odiar a un progenitor|Un tercio de los divorcios de Mallorca 'provoca' el Síndrome de Alienación Parental en los vástagos.
Gemma Marchena / 10.03.2008
"El Síndrome de Alienación Parental (SAP) es educar al niño para rechazar al padre o a la madre". Esta es la definición del psicólogo forense Jose Manuel Aguilar de un mal que "ha existido toda la vida pero que ahora se le ha dado nombre". El resultado de esta manipulación es el odio hacia uno de los progenitores, que en casos severos llega a rechazar la presencia del mismo.
Es el caso de Lucía, nombre ficticio para una víctima mallorquina del SAP, que no ha visto a su hijo más que en contadas ocasiones desde que cumpliera los 11 años: "Su padre consiguió la custodia después de manipularle. Se me dio un régimen de visitas que no se cumplió porque no me quería ver".
Lucía mantiene desde hace años una relación furtiva con su hijo. "Estas Navidades, su padre descubrió que había llamado a mi hijo. No he vuelto a hablar con él", afirma esta madre que pertenece a la Asociación balear de Defensa del Menor contra la Alienación Parental.
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Aporto este doc, que puede verse en http://secuestro-emocional.org
Ilustre Colegio de Médicos de Madrid
Comisión Deontológica
Santa Isabel, 51 - 28012 Madrid
Tlf. 538 51 00 - Fax. 539 63 06
Comunicado del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid
CM-176/05-CD
23 de septiembre de 2005
Estimado Sr.:
En cumplimiento del acuerdo alcanzado en el Pleno de la Comisión Deontológica de 7 de septiembre de 2005, y en relación con el asunto planteado, le trasladamos las siguientes consideraciones:
El artículo 6 del Código de Ética y Deontología Médica señala:
1. La profesión médica está al servicio de hombre y de la sociedad. En consecuencia, respetar la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de la salud del individuo son los deberes primordiales del médico.
2. El médico debe atender con la misma diligencia y solicitud a todos los pacientes, sin discriminación alguna.
En el escrito presentado se hace referencia a un “maltrato institucional”, desarrollado a expensas de la propia dinámica de la maquinaria judicial y por la “obtención de beneficios” (procesos de divorcio) por alguna de las partes implicadas en los expedientes judiciales. Conviene recordar el número de profesionales cualificados que intervienen en estos procedimientos, entre los cuales se incluyen médicos (con sus respectivas especialidades médicas), psicólogos, trabajadores sociales, etc. sin olvidar, a los profesionales relacionados con la Administración de Justicia (Magistrados, Fiscales, Secretarios Judiciales, Médicos Forenses, Policía, Equipos psicosociales, etc.) todos ellos tienen la obligación de denunciar los diferentes casos en los que se pueda pensar o intuir la existencia de un “maltrato institucional”.
Cuestión diferente es la existencia de un posible “secuestro emocional” ocasionado por “…el uso de menores como arma arrojadiza, se consigue mediante la programación y lavado de cerebro…este proceso constituye un maltrato al menor… se llega a manifestar un odio al menor, hacia el progenitor objetivo…”. Estas afirmaciones, en el caso de ser confirmadas, pueden estar incluidas en una tipificación penal y por lo tanto tener responsabilidades civiles y penales. En este punto, el Colegio de Médicos de Madrid, en aplicación al artículo 6 del Código Deontológico, siempre defenderá al ciudadano que así lo reclame y denunciará estas actuaciones.
Sin otro particular, le saludamos atentamente
LOS PSIQUIATRAS AFIRMAN QUE EL SINDROME DE ALIENACION PARENTAL TIENE EFECTOS DEMOLEDORES SOBRE LOS NIÑOS
SERVIMEDIA
MADRID, 26-JUN-2007
María Jesús Mardomingo, jefa de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, y el doctor Javier San Sebastián, jefe de la Unidad de Psiquiatría de Niños y Adolescentes del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, afirmaron hoy que el "síndrome de alienación parental tiene efectos demoledores sobre los niños
El síndrome de alienación parental consiste en la continua manipulación de uno de los progenitores sobre su hijo para que deje de querer al otro progenitor y ha sido noticia en los últimos días cuando una jueza de Manresa le quitó a una madre la custodia de su hija, basándose en esta patología.
"Este síndrome es una modalidad de maltrato infantil que crea al niño una gran confusión e inseguridad. Tiene efectos demolederos sobre las criaturas. Llegan a odiar a ambos progenitores, al que alienta el odio y al receptor del mismo.
No es un cuadro infrecuente dentro de la psiquiatría infantil", explicó San Sebastián en un encuentro con periodistas en donde se presentó una encuesta sobre maltrato infantil y sustracción de menores presentado hoy por la Fundación Pfizer.
Ambos especialistas alertaron también de la gran cantidad de violencia que contemplan los menores por la televisión. "Un tercio de los telediarios es violencia. Violencia impune, trivial, cotidiana. Éso es lo que ven los niños. Es necesario una autorregulación por parte de las cadenas", denunció San Sebastián.
"La televisión no ofrece buenos ejemplos a los niños, los modelos que perciben son todos negativos", indicó Mardomingo.
Por último, tanto Mardomingo como San Sebastián recordaron que hay más casos de violencia infantil que de violencia de género. "Lo que ocurre es que el maltrato a los menores aflora mucho menos y es casi invisible para los medios de comunicación".
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4ª) Nuestra legislación civil y penal contempla estos supuestos desde la valoración de hechos concretos y probados, sin distinguir que sea el padre o la madre quien obstaculice las relaciones de los hijos con su otro progenitor. Es característico de los progenitores alienadores que solo estén dispuestos a cumplir las resoluciones que les son favorables a sus intereses, utilizando todos los medios que estén a su alcance, judiciales y extrajudiciales, para eludir sus responsabilidades. Mezclar y confundir estas cuestiones con la violencia contra las mujeres en el ámbito familiar significa generar una polémica artificial e interesada, un tópico al servicio de determinados grupos de presión, retirando a los hijos del principal foco de atención. Dada la magnitud y trascendencia de este tipo de interferencias parentales, consideramos imprescindible que el Gobierno se centre en dotar al sistema judicial de suficientes medios materiales y profesionales especializados para posibilitar que sus actuaciones sean rápidas y eficaces, así como en promover debates basados en el análisis objetivo y contrastable de la realidad, alejados de enfrentamientos ideológicos.
Febrero de 2011.
Fdo.:
Francisca Fariña Rivera. Catedrática de Psicología Jurídica del Menor en la Universidad de Vigo y presidenta de la Asociación Española Multidisciplinar de Investigación sobre Interferencias Parentales (ASEMIP).
Carlos Tovar Escudero, Médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y vicepresidente de ASEMIP.
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3ª) Numerosos estudios realizados y publicados en distintos países estiman que alrededor del 25% de los niños implicados en divorcios conflictivos padecen, en algún grado, alienación parental, considerándose una forma severa de maltrato emocional, con graves repercusiones para su adecuado desarrollo y bienestar. Es un fenómeno tan extendido que, en los ámbitos científicos y profesionales, no se discute sobre su existencia, es decir, sobre la manipulación de los hijos por parte de un progenitor para alterar sus sentimientos y afectos respecto del otro y lograr su distanciamiento, sino que los debates se centran en su caracterización, diagnóstico precoz, diferenciación de otros cuadros y orientaciones terapéuticas más eficaces. Si bien, todo ello, desde posiciones serenas, razonables y rigurosas, siendo inadmisibles explicaciones frívolas y contaminadas ideológicamente, tales como las que presenta el mencionado Delegado del Gobierno. Así, atribuir que los lazos con un progenitor no se “llegan a romper” si éstos son “sanos e intensos”, no solamente significa negar una realidad incontestable sino que, justifica sucesos graves y propios de las relaciones familiares mediante rancias y simplistas explicaciones del tipo “algo habrá hecho”, dejando indefensas a sus víctimas.
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2ª) La vigente versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), más conocido por sus siglas DSM-IV, data de 1994, y fue parcialmente revisada en el año 2004. Actualmente, se está elaborando una nueva actualización, la quinta, estando previsto que se publique en mayo de 2013. Por primera vez, un amplio grupo de prestigiosos académicos, científicos y profesionales de la salud mental, psiquiatras y psicólogos de diez países, han propuesto que se incluya la “alienación parental” en esta clasificación, aportando numerosos trabajos publicados que, bajo su criterio, justifican la identificación del conjunto de los síntomas presentes en estos niños como un trastorno mental. No obstante, se incluya o no, según los criterios de la APA, la labor pericial y judicial no debería verse condicionada por la adscripción automática de una determinada etiqueta diagnóstica a la hora de valorar y adoptar las medidas más adecuadas a la resolución de cada caso concreto, con sus propias y únicas peculiaridades. Esta advertencia, acerca de la errónea utilización de los diagnósticos clínicos en el ámbito forense, se destaca especialmente en el propio DSM.
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El pasado día 10 de enero, un diario de ámbito nacional publicó un extenso reportaje que, bajo el título “El Gobierno insta a los jueces a no esgrimir una patología inexistente”, informaba de los contenidos de un informe elaborado por el Grupo de Trabajo de Investigación sobre el supuesto Síndrome de Alienación Parental (SAP), creado por el Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer, en su reunión del 12 de mayo de 2009, y que ha sido coordinado por D.ª Ana M.ª Pérez del Campo, Diplomada en Derecho de Familia y presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas.
Aunque este informe, calificado de “exhaustivo y oficial”, a día de hoy, aún no ha sido publicado, el Delegado del Gobierno contra la Violencia de Género asumía sus conclusiones y anunciaba “un nuevo (y severo) toque de atención” a todos los profesionales que intervienen en los procedimientos judiciales de disolución matrimonial en España, advirtiéndoles de que la consideración de este síndrome significaba una “perversión jurídica, un montaje, un cúmulo de despropósitos o fraude de ley de peligrosas consecuencias para la mujer y la infancia”. El reportaje recordaba que este posicionamiento del Gobierno, negando la existencia del SAP, había sido una “vieja reivindicación de las asociaciones de mujeres” que, por fin, había sido adoptado.
Es sencillo apreciar que las manifestaciones realizadas por el Delegado del Gobierno seguían tres líneas argumentales. La primera, que al no estar incluido en las clasificaciones internacionales de enfermedades mentales, el SAP es un concepto inexistente y carente de validez científica. No obstante, el Delegado del Gobierno afirmaba que existen hombres y mujeres que fomentan la aversión de los hijos hacia el otro progenitor, pero que su “vínculo” no se llega a romper si éste es “sano a la vez que muy intenso”. En segundo lugar, que solamente es aplicado por algunos jueces y tribunales “de sesgo machista”, “pocos pero ruidosos”, que figuran como “objetivo principal del citado informe” y que se limitan a aplicar “de forma acrítica” las valoraciones forenses de algunos profesionales. Y, por último, que el SAP es una argucia que usan los varones para continuar maltratando a las mujeres de las que se han divorciado e impedirles su relación con los hijos comunes.
Más allá de la absoluta carencia de legitimidad y competencia que el Delegado del Gobierno tiene para regular la actividad profesional de los operadores jurídicos que intervienen en los procedimientos de disolución matrimonial y dejando aparte el inapropiado tono amenazante de sus declaraciones, deseamos realizar las siguientes puntualizaciones:
1ª) Desde un punto de vista clínico y forense, lo que actualmente se conoce como “alienación parental” es un fenómeno antiguo que, bajo diferentes denominaciones y a través de diversas conductas y expresiones, viene siendo reconocido y profusamente estudiado desde hace muchas décadas. Consiste, básicamente, en que los hijos involucrados en una ruptura conflictiva de sus padres son manipulados por uno de sus progenitores con el fin de dañar al otro progenitor e impedir la relación que, hasta entonces, habían mantenido con normalidad. Su descripción se encuentra presente en los manuales científicos y guías profesionales de valoración psicológica y psiquiátrica de los hijos de padres divorciados, nacionales e internacionales y, naturalmente, se ha visto reflejado en innumerables resoluciones judiciales que tratan de preservar el interés superior del menor y, en particular, su derecho fundamental a mantener una relación continuada y regular con ambos progenitores tras su separación o divorcio.
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- ¡Parece un ejercicio de vudú, de posesión!
- No es mal modo de verlo.
- Me ha hablado de una madre alienadora: ¿es el esquema habitual, o hay otros?
- Por desgracia, es el más frecuente. Es un triángulo: madre alienadora, padre excluido, menor alienado. ¡Psíquicamente mutilado!
- El padre es el que más sufre, en principio.
- "Este niño me adoraba, y ahora... ¡no le reconozco!", me dicen padres entre sollozos. Es la señal: el niño ha sido alienado. Es decir, ha mutado su identidad afectiva: ¡al igual que una anoréxica se ve gorda, ahora este niño ve en su padre a un enemigo!
- Todo un drama..., ¿irreversible?
- Habría que retirarle el hijo alienado (maltratado) al alienador (maltratador): retirarle la custodia, apartarle una temporada.
- Hágase, pues.
- Hay un problema: los jueces. Los jueces no quieren mojarse: la custodia, para la madre. ¡No quieren complicarse! No contemplan el síndrome de alienación parental como maltrato psicológico. ¡Y se consuma!
- Pues vaya con nuestros jueces...
- Los jueces optan por preguntar al niño. Y, claro, el niño alienado habla por boca del alienador... Y el juez no profundiza más.
- ¿Qué puede hacerse?
- A la sociedad, que ya se ha concienciado acerca de maltratos como el mobbing y el bullying,le toca ahora concienciarse de este maltrato de alienación parental.
- ¿Qué aconseja a un progenitor que empiece a detectar este síndrome en su hijo?
- Pese a todo, comunicárselo al juez. Insistir. Luchar por el menor. Por su bien. A un padre excluido le he dicho: "Lucha por tu hijo, ¡para que un día comprenda que tú quisiste tenerle a tu lado!". La madurez del hijo, un día, podría devolvérselo...
- Magro consuelo.
- Lo peor, lo más duro para el padre excluido, es verse insultado, ¡insultado!, por su hijo. Se registran muchas depresiones, claro...
- ¿Qué síntomas en un niño deberían alertar al progenitor?
- Si el niño viene con una lista de normas del otro progenitor: "Que haga o no haga esto", que si la ropa, que si los deberes... O cuando el niño le suelta al padre: "¿Por qué no nos das más dinero?" O cuando el padre le riñe y el niño replica: "¡No me hables así o irás al juez!". O le dice: "¡No me toques!".
- ¿Alguna pista más?
- El niño puede somatizar su caso en alteraciones digestivas. Y empeorar en la escuela, por una merma de atención y memoria.
- ¿Todos somos alienadores en potencia?
- Sí. Sobre todo si eres una persona susceptible, tajante, monolítica, exagerada, y si sueles pensar que todo el mal está en el otro.
- ¿A qué extremo puede llegar el alienador?
- Una acusó con falsedad a su ex de acoso sexual sobre sus hijos, para que el juez los apartase cautelarmente del padre... ¡y así culminar sin trabas la alienación del menor!
miércoles, 20 de junio de 2007
"Madre alienadora, padre excluido"
O D I O
Estremece oír los casos que me relata Arantxa Coca en su consulta, analizados también en su manual ´Hijos manipulados tras la separación´ (Oxigen Viena), coescrito con Domènec Luengo y subtitulado ´Cómo detectar y tratar la alienación parental´. Algunas madres llegan a ´encargarle´ informes psicológicos que perjudiquen al padre, para que el juez le paralice las visitas a los hijos, y así tener vía libre en su proceso de ´alienación parental´. Arantxa Coca las rechaza: "Sólo trabajo con menores si tengo el consentimiento de ambos progenitores" (cosa que no todos los psicólogos hacen). "Mi ex me ha destrozado la vida, ¡y ahora se va a enterar!", se dice una parte. Y vaya si se entera... a costa de inmolar a los hijos, a los que ama menos que a ese odio que la abrasa.
Tengo 31 años. Nací y vivo en Barcelona. Soy psicopedagoga familiar. Vivo en pareja y tengo un bebé de seis meses, Dominic. Soy librepensadora. No comento mis creencias religiosas. Constato hoy un incremento del síndrome de alienación parental: uno de los progenitores intenta extirpar al otro de la esfera afectiva de su hijo
-¿Las familias necesitan psicólogo?
- Sobre todo en defensa de los menores.
- ¿Estamos dañándoles?
- A mí ahora me inquieta mucho el incremento del síndrome de alienación parental.
- ¿Qué es eso?
- Es un atentado al derecho del menor de disfrutar de dos progenitores, a tener dos referentes, a tenerlos integrados dentro de sí.
- A contar con un padre y una madre, ¿no?
- Tanto si están vivos como si están muertos, el menor tiene derecho a integrarlos afectivamente a ambos desde el bienestar.
- ¿Y quién perturba ese derecho del menor?
- El alienador parental.
- ¿Quién es ese tipo?
- Uno de los dos progenitores.
- Pues empezamos mal...
- Sí. Un progenitor se convierte en alienador cuando actúa de modo que logra indisponer al menor con su otro progenitor.
- Ah, ya voy entendiendo...
- Sucede en muchas separaciones de pareja: un progenitor programa mentalmente al menor para que identifique al otro progenitor como una amenaza, como al enemigo.
- ¿De verdad podemos "programar mentalmente" a un menor?
- ¡Claro! Es una auténtica programación mental con fines perversos. ¡Un lavado de cerebro como el de una secta!
- Un ejemplo.
- Imagine a una madre separada que le dice a su hijo, antes de librarlo al padre en su fin de semana: "No tienes por que hacer nada que no te apetezca...".
- Ah, qué sutil...
- Instila en el menor una actitud refractaria hacia el padre, ¡la actitud de defenderse de él! Y, claro, aquí me llegan padres desesperados porque su hijo de diez años les ha espetado: "¡Tú a mí no me mandas!".
- Tristísimo: así es imposible ser padre...
- El padre, loco de dolor, ve como pierde el afecto de su hijo. ¡Y al hijo le roban al padre!: el alienador (la madre, en este caso) inflige un gravísimo maltrato psicológico al hijo, pues le extirpa al padre de su esfera afectiva, de su psique. ¡Una mutilación emocional!
- En este caso que me cuenta, ¿el menor está metabolizando el odio de la madre?
- El padre se retrasa diez minutos en recoger al menor, y la madre comenta: "Ay, otra vez nos ha fallado tu padre". ¡"Nos", dice!: fusiona al menor a ella. Y el menor se identifica, y se desvivirá por no "traicionarla".
- ¿Y con qué consecuencias?
- Interiorizará el abandono (y eso derivará en tristezas, depresiones...), se sentirá culpable de lo que sucedió, ¡y no soportará separarse de su madre! Y pronto será el menor quien actuará por ella: se negará a ver al padre.
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La psicoterapeuta presenta hoy en el Club de Prensa del Diario de León el libro «Hijos manipulados tras las separación» en el que se aborda el síndrome de alienación parental.
Carmen Tapia / LEÓN / 19.02.2008
En el 50% de las separaciones los padres utilizan a los hijos como moneda arrojadiza. Es lo que se llama alienación parental o la «habilidad» de los progenitores para predisponerlos en contra de su ex pareja. Es el argumento del libro Hijos manipulados tras la separación , obra de los psicólogos Domènec Luengo y Arantxa Coca, que hoy se presenta en el Club de Prensa del Diario de León.
-¿Hay un perfil claro de progenitor que utiliza a los hijos en las separaciones o todos los matrimonios cuando se enfrentan a una separación caen en la alineación parental?
-Creemos que hay tres perfiles de progenitores. El padre o madre que lo hace por cuestiones económicas e incluso utiliza a los hijos como moneda de cambio; están los progenitores que después de una separación sienten tanto odio hacia su ex pareja que desean su muerte social, laboral y física por lo que empiezan a ejercer una política de destrucción familiar, no sólo quiere poner a los hijos en contra sino que es un objetivo general el hacer daño a la otra persona; luego hay otro perfil que es del padre o madre alienador que sospechamos que tiene algún problema psicológico - algunos tienen antecedentes psiquiátricos- como depresiones y ansiedades, que tienen un estilo educativo que fomenta mucho el apego y la posesión de sus hijos.
-¿Cuándo se descrubre cuál de estos tres tipos de padre o madre eres?
-Hay padres excluidos que dicen que ya sospechaban que su ex pareja tenía un carácter posesivo, pero realmente el alienador no se muestra hasta que no hay una separación.
-¿Son mayoritarios estos casos?
-Diría que son casi el 50%. Muchos solicitan mi experiencia para llevar bien la separación y en este sentido son modelo porque piden asesoramiento para que el proceso sea lo menos dañino para sus hijos, pero lo que hemos conocido son más separaciones con litigio, con contencioso.
-Decía que el trabajo se ha realizado con hijos ya adultos ¿qué síntomas se detectan en un adulto que ha sufrido de pequeño la alineación parental?
-Lo que llamamos síndrome abandónico, un sentimiento de desesperanza, de tristeza, algunas veces hacen depresiones, ansiedad, dificultad para establecer relaciones afectivas duraderas, dependencia en las relaciones que establecen, que hace que estas relaciones se rompan porque asfixian a la otra persona.
-¿Es difícil desprenderse después de todos estos síntomas?
-Hablamos de un enfoque que le permitan reconciliarse con sus figuras parentales. Tiene que haber una reparación en la herida que le causó la separación de sus padres. La participación de los niños en la guerra de sus padres se le vuelve en contra en forma de sentimientos de culpa, de rabia y tristeza y empiezan a cuestionar a ambos padres. Freud decía que se «mueren», se caen del pedestal y entran en crisis. Necesitan reconciliarse psicológicamente con la figura de sus padres. Hay que entender, pasar la frustración y perdonar.
-A veces en el síndrome a alineación están implicados más miembros de la familia.
-Y tanto. Es muy raro encontrar a un alienador que esté solo. Necesita un apoyo y un ambiente alienador que incluye a los abuelos de estos niños, amigos, entorno en general. Excluyen no sólo al otro progenitor, sino a los otros abuelos, familiares y amigos. Al final es una «guerra» entre dos ambientes que luchan por la exclusividad de los hijos.
-Esta lucha ¿la hacen porque creen que es bueno para los hijos o les da igual los sentimientos de los hijos y sólo quieren atacar a su ex pareja?
-El alienador dice que lo hace por el bien de los hijos bajo un discurso de protección al menor. Los hechos más y objetivos es que el niño siempre sale perdiendo. Toda persona necesita tener una buena imagen interna de sus dos progenitores porque ayuda a crear un bienestar psicológico. Hablar mal de progenitor es dañino para un niño, que es perjudicado y entra en un proceso de exploraciones psicológicas y juicios. Si tiene doce años entra a tener voz dentro de los juicios. No tiene beneficio para los niños. Presentación del libro: Hoy, a las 20.00 horas en el Club de Prensa del Diario de León.
NOTA: En Cádiz, la Asociacion "ARCADUZ" ofrece gratuitamente los servicios de Mediación Familiar e Intergeneracional, y Punto de Encuentro Familiar.
Las instalaciones estan ubicadas entre las calles Fernandez Ballesteros y Ejercito de Africa, de la localidad de Cádiz, siendo su telefono de contacto el 956.07.54.75.
Turkat (1994) Child visitation interference in divorce. Clinical Psychology Review, 14:8:737-742.
Wallerstein, J.S. & Kelly, J.B. (1980) Surviving the breakup: how children and parents cope
with divorce. New York, Basic Books.
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(fin)
comunicación para sacar partido de la situación; pero, tanto unos como otros, tarde o temprano se ven forzados a tomar partido por el bando más agresivo.
Al principio suelen reproducir los reproches que el padre alienador ha realizado. De este modo, el progenitor rechazado contempla perplejo cómo su hijo hace comentarios que ya ha escuchado en boca de su ex pareja.
Después, el niño comienza a sentirse incómodo cuando tiene que ir a casa del padre rechazado, pone cualquier excusa, disminuye la comunicación y, cuando éste le pregunta responde de modo agresivo al considerar que se está entrometiendo en su vida.
Finalmente, el menor es el que lleva a cabo la campaña de rechazo e injurias, afirmando que es él el que, de modo autónomo, ha llegado a esa postura. Mientras, el progenitor alienador, que inició la educación en el odio hacia el otro, afirma que él no puede hacer nada para convencer a su hijo, y que es éste el que ha decidido, por sí mismo, no tener contacto con el otro padre.A eso lo llamamos un falso conciliador.
Es entonces cuando el niño deja de ser arma arrojadiza y se convierte en infantería, rechazando tanto al progenitor, como a sus abuelos, tíos, primos o cualquier persona relacionada con esa rama familiar.
¿QUÉ HACER CUANDO SE PRESENTA LA ALIENACIÓN PARENTAL?
La recomendación fundamental para el progenitor rechazado es evitar que se rompa el vínculo. Por breve que sea el tiempo que pasa con su hijo siempre es mejor que no compartir nada. Mientras mantenga el vínculo hay una puerta abierta al diálogo. Busque ayuda profesional que le asesore en el abordaje de su problema. De mantenerse las dificultades tendrá que denunciar la presencia de aquellas conductas y estrategias que intenten interferir en la relación con sus hijos.
Recuerde que el vínculo que el menor establece con el progenitor alienador se basa en el miedo y en la asunción de unas creencias que no le son propias. Si su hijo le recrimina cosas injustas o incluso falsas, si le insulta o rechaza, recuerde que no es libre en sus decisiones. Aquel que ha manipulado sus deseos y acciones está hablando por su boca.
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C O N C L U S I O N E S
Los hijos consideran el divorcio como una pérdida si pierden los vínculos afectivos con sus padres.
La visión del conflicto en sus progenitores es un elemento que traerá las consecuencias más negativas para su desarrollo futuro.
El menor debe ser libre para relacionarse con sus padres, sin tener que estar obligado a elegir, pues a ambos quiere y necesita.
Y debe tener permiso psicológico para comunicarse con sus progenitores, sin que en ningún momento se vea limitado o sancionado por nadie.
La calidad de la relación con su hijo es más importante que la cantidad. El tiempo con su hijo es para compartir la vida juntos, haciendo actividades en común, interesándose por sus inquietudes, ayudándole en su desarrollo. A un hijo no se le visita; con un hijo se comparten tiempo y experiencias.
El menor debe ser libre para relacionarse con sus padres, sin tener que estar obligado a elegir, pues a ambos quiere y necesita.
BIBLIOGRAFÍA
Aguilar, J. M. (2006) Con mamá y con papá. Ed. Almuzara. Córdoba.
Aguilar, J. M. (2004) S.A.P., Síndrome de Alienación Parental. Ed. Almuzara. Córdoba.
Blush, G.J. & Ross, K.L. (1986) Sexual allegations in divorce: the SAID syndrome.
Conciliation Courts Review 1987; 25:1:1-11.
Cartwright, G.F. (1993). Expanding the parameters of Parental Alienation Syndrome,
American Journal of Family Therapy, 21 (3), 205-215.
Clawar, S.S. & Rivlin, B.V. (1991) Children Held Hostage: Dealing with Programmed and
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Dunne, J. & Hedrick, M. (1994).The parental alienation syndrome: an analysis of sixteen
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Gardner, R. (1985) Recent trends in divorce and custody litigation. Academy Forum, 29:2:3-7.
Jacobs, J.W. (1988) Euripides’ Medea: a psychodynamic model of severe divorce pathology.
American Journal of Psychotherapy; XLII:2:308-319
Thoennes, N. & Tjaden, P.G. (1990).The extent, nature, and validity of sexual abuse allegations
in custody visitation disputes. Child Abuse & Neglect; 12:151-63.
(continúa)
Si uno de vosotros deja el hogar, debe aprender a relacionarse con sus hijos del mismo modo que lo hacía antes, pero en unas condiciones distintas. Debéis aprender a jugar, compartir, educar y, si es necesario, poner límites a vuestros hijos aunque ahora no viváis todo el tiempo juntos.
Si uno de vosotros se queda con la custodia de los hijos debéis pensar siempre que la responsabilidad sigue siendo compartida con la antigua pareja. Ésta ya no te acompañará en tu vida, pero nunca dejará de acompañar a vuestros hijos.
Debéis apartar a los niños de las discusiones.
Los niños se ven muy afectados cuando contemplan un conflicto entre sus padres, sufren y se angustian.
Si antes fue buen padre ahora no tiene porqué haber cambiado. Sea quien sea el que queda a cargo de su custodia debe entender que su obligación es facilitar la relación de los hijos comunes con el otro progenitor, favoreciendo la comunicación.
Los niños necesitan saber que ambos progenitores les siguen queriendo.
No involucréis a los hijos en vuestros problemas de adultos. Si lo hacéis, podéis estar empujándoles a tomar partido por uno de vosotros. Recordad que, para ellos, ambos sois lo más importante del mundo y a ambos os necesitan.
Debéis vencer la tentación de hacer comentarios negativos del otro progenitor delante de ellos. No relatéis los acontecimientos judiciales o vuestras diferencias.
Ellos no tienen la culpa de tener dos padres incapaces de entenderse.
Recordad a vuestra familia que también evite este comportamiento. Si ocupáis vuestro tiempo en común en denigrar al otro, estáis perdiendo un tiempo juntos que nunca recuperaréis.
Vuestros hijos no son vuestros terapeutas, vuestros amigos o consejeros. Si necesitáis ayuda, buscad un profesional que os asesore en los momentos difíciles o un amigo que os escuche.
Cuidad vuestro lenguaje. Ellos pueden malinterpretarlo, considerar que estáis intentando agredir al otro o sentir vuestro dolor sin poder hacer nada. Ellos no interpretan las palabras y gestos de los adultos del mismo modo que vosotros.
No involucréis a vuestros hijos en vuestros problemas de adultos. Si lo hacéis podéis estar empujándoles a tomar partido por uno de vosotros.
CUANDO UN PROGENITOR USA A SUS HIJOS PARA HACER DAÑO AL OTRO
En ocasiones, los padres que se divorcian realizan comentarios denigrantes y negativos sobre el otro progenitor. Es habitual que esto ocurra alguna vez en todo divorcio, cuando el dolor y la frustración empujan más que la razón. Pero si sucede de modo continuo, nos encontramos con un intento de educar al hijo en el odio hacia el otro progenitor.A esto lo llamamos Síndrome de Alienación Parental.
El Síndrome de Alienación Parental (SAP) es un trastorno caracterizado por un conjunto de síntomas que resultan del proceso por el cual un progenitor transforma la conciencia de sus hijos, mediante distintas estrategias, con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor, hasta hacerla contradictoria con lo que debería esperarse de su condición.
En un principio, el padre que lleva a cabo la educación en el odio realiza comentarios malintencionados sobre el otro, denigrándole e injuriándole, hasta que el menor los interioriza y expresa, por sí sólo, su rechazo a tener contacto con él. A este padre o madre le llamaremos el progenitor alienador.
Junto a los comentarios, el progenitor alienador comienza a interferir en los contactos del hijo con el otro progenitor, no haciéndole llegar los regalos que le manda, interfiriendo en las llamadas telefónicas, entorpeciendo el tiempo de convivencia de ambos o alentando a que sea desobediente, desautorizándole en decisiones importantes en la vida del hijo.
Habitualmente suelen usar a los profesionales, docentes y sanitarios, para avalar sus interferencias, así como implican a la familia extensa (abuelos, tíos, primos, etc...) para que se sumen a la campaña de desprestigio del padre o madre ausente delante del niño.
En ocasiones los padres que se divorcian llevan a cabo comentarios denigrantes y negativos sobre el otro progenitor.
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¿QUÉ OCURRE EN EL HIJO?
Cuando esto ocurre, el niño se ve forzado a tomar partido. Unos niños suelen hacer dos mundos separados, no comentando nada de lo que ocurre en casa de uno de sus padres en la casa del otro. De este modo dice a cada uno lo que quiere oír. Otros niños aprovechan temporalmente la falta de
(continua)