La cuestión del engaño de la píldora se está utilizando por parte de chicas cada vez más jóvenes, y precisamente es en la relación de pareja, donde más confianza hay establecida, en la que más se utiliza.
Hay que ponerse en el lugar de estos hombres, a veces además son sólo muchachos.
No es bueno que se obligue a nadie a ser padre o madre.
Si a una chica la violan y la hacen madre su entorno suele ser compresivo, salvo escepciones. Cuando es al hombre al que han hecho padre a la fuerza el entorno suele ser de todo menos comprensivo. No es justo.
Antes, cuando una chica era violada y la hacían madre se la culpaba, la culpa era de ella por haber provocado, por haberse descuidado, por haber confiado (a veces ha sido alguien del entorno cercano)...
Ahora, cuando a un hombre lo hacen padre a la fuerza se le culpa, por haber confiado.
No es justo.
La maternidad o la paternidad forzada cuando median intereses espúreos de por medio suele ser un trauma, no es lo mismo que una pareja decida ilusionarse y afrontar un embarazo accidentado a que a un hombre o a una mujer le hagan un hijo a otra pmediante la violencia, ya sea violencia física, violencia de haber sido drogado, o vilencia de haber sido engañado.
Se piensa que el hombre no sufre trauma porque no se le ha forzado físicamente.
Y ahora yo digo, ¿qué pasa cuando a una chica la han drogado y no se ha enterado de absolutamente nada de la violación, habiendo ocurrido sin mediar fuerza física alguna?¿Acaso no es un trauma?.
Una chica puede ser drogada para quedar inconsicente, incluso puede ser drogada para que de su consentimiento. Y no por dar el consentimiento estando drogada la cuestión es menos traumática a posteriori.
La mujer da el consentimiento para las relaciones sexuales porque está drogada, el hombre da su consentimiento para las relaciones sexuales porque está engañado, no sabe que la otra persona le está engañando con el anticonceptivo.
Todo esto es violencia, la maternidad o la paternidad en estas cirncunstancias suele ser mayormente un trauma, peor cuanto más jóvenes.
Drogar a una chica para violarla, engañar a un hombre para fabricar un hijo con intereses espúreos es de mente sádica, se mire por donde se mire.
Hay mujeres que tienen mentalidad de violador y no lo saben.
La mujer que obra de esta forma, que trae niños al mundo por intereses como intentar atar a un hombre a su vida de alguna forma o sacar rendimiento económico no tiene una mente emocionalmente sana, si esta persona en lugar ser de mujer hubiera sido un hombre no me cabe la menor duda de que andaría violando, es la misma mentalidad.
Hay que empezar a dar a estos hombres la comprensión que merecen. La violencia no sólo la ejerce la mujer contra él, también la ejerce la sociedad con su acusación, igual que sucediera antes con las chicas violadas.