hola, soy abogada y voy a empezar a llevar trámites de extranjería y asesoramiento .Alguién puede decirme dónde buscar clientes, dónde ofrecer mis servicios?me he dirigido a la oficina de extranjería y a varios consulados, alguna sugerencia?
alguna web?...
muchas gracias.
2.- Registro en páginas web gratuitas que permitan hacerlo, para darse a conocer y ofrecer servicios.
3.- Oferta de servicios, a través de dípticos o trípticos u otros volantes propagandísticos , que puede repartirse en lugares frecuentados por personas que podrían requerir servicios jurídicos del tipo que usted ofrece.
4.- No todos los Consulados extranjeros permiten que en sus tablones oficiales se haga publicidad de servicios profesionales y mucho menos lo permite la Oficina de Extranjería. Puede, en todo caso, repartirse entre la gente que esté en el Consulado o dejar las tarjetas o volantes propagandísticos en un lugar visible, que despierte la curiosidad de la gente. En las proximidades de las Oficinas de Extranjería suele haber papelerías, locutorios o incluso bares o restaurantes, que permiten colgar en sus tablones ofertas de servicios profesionales.
5.- Si quisiera trabajar a nivel de Consulados, lo que conviene hacer en esos casos es preparar un plan o proyecto de asesoría profesional, muy delimitado, ofreciendo sus servicios, no necesariamente de modo directo al Consulado, pero sí para que se le tenga en cuenta, en caso de que el Consulado requiera formular consultas a letrados locales sobre el Derecho vigente en España en algún asunto concreto o necesite contratar un letrado local para asistir a sus nacionales en algún asunto concreto. Hay muchas especializaciones y no siempre los letrados que ya tiene el Consulado desde siempre son especialistas en todas las materias, ni tienen la disponibilidad temporal para atender a todos los requerimientos, por cuestiones de agenda: entonces, es cuando pueden aumentar las probabilidades de ser llamados. Y también, hay Consulados extranjeros que ofrecen a sus nacionales una lista de abogados locales, como simple referencia, para el caso de que lo llegasen a necesitar. Si habla inglés o francés, por ejemplo, le puede abrir puertas con Consulados de otros países europeos o de países africanos o del mundo árabe.
6.- Para vender algo, hay que ofrecer la "mercancía", exponerla y hacerla atractiva, convincente, incluso necesaria e indispensable y con el mejor don de gentes, cual viejo y hábil comerciante, que sabe lo que cada cliente necesita y cómo ofrecérselo y hasta como envolvérselo para entregárselo (incluso, hasta preparando y desarrollando un producto que cada cliente pueda pagar, según su capacidad adquisitiva y aun así, salir ganando). Los abogados no venden cosas, sino servicios profesionales: es conveniente, por tanto, ofrecer muestras concretas de esos servicios profesionales, transmitir confianza y credibilidad y sobre todo, los resultados deben ser palpables de alguna manera. Existe cierta creencia popular de que los abogados venden viento (por cuanto no entregan ninguna cosa, ni ofrecen un servicio que necesariamente sea inmediatamente tangible), pero precisamente, para salir al paso de esas creencias, hay que mostrar las ventajas de la oportuna consulta con un profesional, en cuanto a ahorro de tiempo y dinero, al tiempo que la garantía de la calidad del servicio, con materiales concretos. Y también, ser muy claros, precisos y transparentes en lo relacionado con el pago de los honorarios profesionales y la manera de hacerlo: lo que incluyen y lo que no incluyen, así como también los gastos o suplidos.
7.- Conviene mucho trabajar con hoja de encargo y no manejar los asuntos de manera puramente verbal o informal. Por eso, incluso, hay que tener disponible, al menos, un modelo genérico de hoja de encargo profesional, disponible para quien quiera contratar servicios profesionales, que puede adaptarse a cada caso. El modelo que aparece colgado en la página web del Consejo General de la Abogacía Española, puede servir de orientación:
8.- Los Colegios de Abogados, las revistas jurídicas especializadas, las páginas web que ofrecen recursos jurídicos, tienen asimismo, una sección de anuncios de ofertas se servicios profesionales y asimismo, la posibilidad de trabajar en colaboración, en asuntos concretos.
9.- También se puede ofrecer trabajar en colaboración o asociación accidental, con despachos mayores o con abogados ya ejercientes que, por el volumen de trabajo que tengan, no se den abasto para atender su despacho, ni ellos, ni el equipo que pudieran tener.
10.- Conviene, con todo, definir con precisión el ámbito de especialización y experiencia que se pudiera haber adquirido, bien sea por pasantías, prácticas, etc., tanto en despachos profesionales, como en entidades públicas o fundaciones.
11.- Puede también buscarse colaboración internacional, con despachos o abogados de otros países, ofreciendo ser su corresponsal en España o en la ciudad, provincia o Comunidad Autónoma en la que viva. Puede hacerse algo parecido con letrados de otras ciudades de España, que requieran cooperación para gestiones a llevarse a cabo en la ciudad, provincia o Comunidad Autónoma respectiva. Si usted es extranjera o si está habilitada también para ejercer en otro país además de España, eso podría ser un valor añadido para usted, si lo sabe explotar.
12.- Conviene, con todo, formar un equipo de trabajo, en colaboración: sobre todo, porque hay cosas que solo no se puede hacer, pero también porque cada miembro del equipo puede aportar, no solo conocimiento, experiencia y trabajo profesional, sino además, contactos y nexos en ámbitos diferentes a los que a usted le puedan ser conocidos, todo lo cual puede redundar en la agilización de gestiones o procedimientos.
13.- La publicidad no es algo que deba restringirse solo a los canales antedichos. Puede ofrecérsela de las maneras más variopintas que el ingenio permita, siempre que sea lícita y respetuosa.
14.- Resulta conveniente llevar un blog con comentarios de actualidad jurídica, pero más de naturaleza divulgativa, dirigida hacia el público en general en incluso, a un sector en concreto, que podría tener necesidad de los servicios profesionales que usted ofrezca: permite captar la atención, lograr lectores y también clientela, al tiempo que ayuda a irse creando una reputación como conocedor o especialista en determinada materia en concreto.
Lo demás, dependerá en gran medida de las estrategias que pueda llegar a desarrollar y de los productos que cree para ofrecer a la clientela: siempre hay algún segmento de población no suficientemente atendido o algún colectivo con problemas específicos, para los que se puede buscar y ofrecer soluciones.
Hola. Antes de nada, felicitar una vez más a Conde de Cartagena por su completísima respuesta.
Querría ayudarte con mi experiencia, que no es mucha, pero te puede servir de ayuda.
En el caso de extranjería, a parte de todas las opciones que te ha relatado el compañero, yo he optado por hablar con Centros de ayuda para inmigrantes e Iglesias Evangélicas. Acudo a estos lugares y ofrezco el pasar consulta una vez en semana a la gente que lo desee de forma gratuita. Informo que las consultas las hago de forma gratuita, pero en el caso de tener que llevar un procedimiento o tramitación de expediente, sí se cobraría, pero siempre teniendo en cuenta los escasos medios económicos de los que cuentan algunas personas que acuden a estos centros e Iglesias.
Por otro lado, he hecho un estudio de todos los locutorios de mi ciudad y poblaciones cercanas, dónde mensualmente les dejo publicidad.
A mi me está funcionando por ahora, espero que a ti también. Saludos.
hola,
en primer lugar, millones de gracias a los dos, se agradece la orientación cuando una está algo perdida...ya he empezado a poner en práctica vuestros consejos, pues muchos de ellos ni se me habian pasado por la cabeza.
Tengo dudas sobre cuanto cobrar por cada trámite,cual es la tónica general??
Hola. Bueno, respecto al tema de cobrar, te voy a decir como lo estoy haciendo yo...
En primer lugar, ante todo, intento guiarme por mis compañeros de confianza, a los que suelo acudir para que me guíen a la hora de cobrar un procedimiento. El libro de honorarios es difícilmente aplicable en ocasiones, pues los honorarios resultan un poco elevados.
Yo pregunto a mis compañeros, pero también hablando con clientes y terceras personas, suelo enterarme lo que le cobró su abogado por una determinada gestión. Entre lo que hablo con los compañeros, lo que me dicen clientes y terceras personas, lo que busco por internet más el añadido de la lógica natural de lo que se debe cobrar, al final, te dará una orientación de lo que debes cobrar a tu cliente.
Luego está, el tema de las "particularidades" de cada cliente. Muchas veces, debido a razones de amistad que te unan con el cliente, o sus determinadas circunstancias económicas, te llevarán a que cobres bastante menos.
Yo ante todo, lo que sí estoy haciendo, es dar facilidades económicas. Por adelantado pido una cantidad, pero luego el resto se lo dejo pagar cómodamente.
Este es mi consejo, pero ya sabes, el consejo de alguien que aún tiene poca experiencia, pero que, poco a poco, va haciéndose un pequeño en este mundo. Saludos.
gracias de nuevo Delirio_eterno.
Tengo un compañero que cobra 100€ por tramite y los certificados a 200€. como no conozco mucha gente metida en esto, no se con quien mas comparar... a ti que te parece?
Hola. No puedo decir cuantías, pero sí poner como añadido que también depende de la ciudad o Comunidad Autónoma en la que uno se encuentre. Si bien es cierto, se trabaja dentro de España, la realidad es que no todas las Comunidades Autónomas, ni provincias de España, tienen el mismo poder adquisitivo y en ese sentido, tanto los costes del servicio, así como suplidos, no son los mismos: en Cataluña. en general, los costes son un poco altos, porque todo es un poco más caro, desde el transporte público o el estacionamiento y los peajes, si es que hay que salir en coche particular fuera de Barcelona, hasta las fotocopias (que para que no salga tan caro, se pueden hacer en la universidad). Y para gestiones que son competencia de la Generalitat de Cataluña, que fija sus propias tasas, suelen ser un poco más altas que las estatales. Por ello, el coste del servicio no será el mismo en Barcelona capital que en Albacete o Salamanca y dentro de Cataluña, también hay diferencias entre las provincias, que también varían su poder adquisitivo. E igualmente, hay una importante diferencia entre estar asentado en una capital de provincia o en una ciudad del área metropolitana de la capital y en una ciudad pequeña, distante de la capital. Todo lo que implique movilización del lugar donde se tiene el despacho o centro de trabajo, ya implica tener que trasladar al cliente el coste de la movilización y la propia movilización (que se puede cuantificar teniendo en cuenta el tiempo que se permanezca fuera del despacho por atender ese asunto concreto, porque es tiempo que se deja de estar disponible para atender otros asuntos que también pueden generar trabajo y por ello, se debe compensar por ese lado).
Se puede establecer un tarifario básico, que sirva luego para cuantificar el coste total de los honorarios profesionales, si implican varias gestiones, la dedicación temporal a cada una y si por su complejidad, su atención o resolución eficiente y eficaz, precisa de conocimientos especializados en determinadas materias jurídicas o incluso, puede ameritar que se solicite la colaboración externa de otras personas (cuyos honorarios entonces habrá que incluir, según su grado e intensidad de participación). Quizás puede tenerse en cuenta una tabla como la siguiente:
- Tiempo de dedicación real frente al tiempo jurídicamente establecido (una relación entre ambos para obtener el tiempo efectivamente trabajado, que es por el que se debe cobrar):
- Grado de atención requerida.
- Nivel de responsabilidad asumida.
- Complejidad real del asunto.
- Grado y nivel de conocimiento requerido para atender y resolver cada asunto o partes que lo integran, con eficiencia y eficacia.
- Si es necesario dedicar unas horas a leer, estudiar, actualizarse o documentarse más para atender un asunto en concreto, también es algo que se debe incluir a la hora de facturar.
- En el caso de clientes que no hablen castellano, la posibilidad de atenderlos, al menos, en inglés o francés, también es un hecho que debe contar para fijar la tarifa, pues ser capaz de eso, supone haber tenido que aprender el idioma respectivo, invirtiendo tiempo y dinero en ello, por lo que es lícito que, si constituye herramienta de trabajo, se pueda facturar por ello.
- Si se requiere o no contar con colaboración externa.
El consultar lo que cobran otros profesionales resulta muy útil para determinar cómo está el mercado y saberse adaptar a él, pero también para volverse competitivo con las tarifas de honorarios e incluso para descubrir nichos o necesidades que no estén siendo atendidas para nada o insuficientemente o nuevas necesidades y a partir de ello, preparar nuevos servicios a ofrecer a esos sectores o para atender a esas necesidades.
Conviene fijar una cuantía para cada consulta que se atiende. El solo hecho de dedicar tiempo a atender una consulta personalizada, ya comporta estar trabajando y por tanto, debe cobrarse por ello. Hay quienes fijan un tiempo para atender (30 minutos a una hora y el precio varía según ello). Otros, solo atienden una consulta en concreto, debiéndose pagar por cada una. Y hay quienes diferencian entre simplemente atender una consulta, pero sin examinar documentos y los que suben el precio si la consulta comporta examen de documentos. De igual manera, conviene distinguir entre una simple consulta (que es algo genérico) de un dictamen jurídico, porque este último ya es un trabajo más elaborado, que requiere más tiempo, precisa documentación y necesariamente ha de prepararse por escrito y en lenguaje asequible al cliente y comporta la asunción de una tesis o punto de vista jurídico sobre el asunto que es sometido a dictamen: por eso mismo, un dictamen cuesta mucho más.
Cobrar 100 euros por trámite es muy poco si el trámite reviste cierta complejidad y hay gestiones previas de por medio. Y por obtención de certificados, siempre cuentan los desplazamientos y el grado de implicación necesaria en la gestión de obtenerlos, para cuantificar.
Desde luego que cuando hay de por medio amistad o una relación profesional duradera, establecida desde hace algún tiempo, el suficiente como para haber generado confianza, se puede brindar un tratamiento más personalizado a ese cliente, cobrarle de manera diferente o brindarle facilidades de pago. Lo que nunca debe hacerse es dejar de cobrarle (por mucha amistad que haya de por medio), porque de lo contrario, se corre el riesgo de que no valore suficientemente el trabajo profesional que hay de por medio y la enorme diferencia entre contar y no contar con asesoría jurídica. Es justamente, donde se crea el valor añadido de la profesión en general y de cada quien en tanto que la ejerce y se crea también la diferencia, que permita a cada persona interesada en los servicios profesionales comparar calidad, atención, personalización, eficiencia, agilidad entre los servicios prestados por uno u otro profesional y desde luego, la enorme diferencia entre un servicio de pago (que puede adaptarse a cada cliente, si es necesario) y un servicio de orientación jurídica gratuita (bien estatal, bien de instituciones privadas), en el que, por mucha buena voluntad, esfuerzo y compromiso que se pudiera tener, la cantidad de trabajo que pueden tener y los medios con los que cuentan, no les crean necesariamente condiciones para brindar una atención personalizada a cada cliente (y me consta que muchas se esfuerzan al máximo, pero desde luego, si se tiene poco personal y medios y muchas personas que atender, el propio servicio corre riesgo de no cumplir satisfactoriamente los fines para los que fue creado y no por culpa de las personas que están frente a él). La personalización, cuesta dinero, porque demanda tiempo y concentración en las circunstancias personales de cada cliente: es como un traje a medida, con corte individual para cada cliente, frente al traje que pueda comprarse en cualquier tienda, con un corte estándar.
Si el cliente quiere que el letrado esté disponible para llamarlo por teléfono, al móvil, todas las veces que quiera, incluido fines de semana, para consultas concretas, conviene crear un producto destinado a satisfacer esa necesidad específica, ponerle precio, establecer condiciones y ofrecérselo. También es trabajo atender el teléfono para responder a preguntas sueltas, cuando en lugar de responder al teléfono, podría estarse haciendo otras cosas que generen ingresos, buscando captar nueva clientela o estudiando nuevas cosas, para ofrecer mejores servicios o si es fin de semana, bien podría estarse disfrutando del descanso y de la vida familiar y por eso mismo, se debe cobrar.
Es muy importante, con todo, no solo brindar el mejor servicio posible en cada asunto concreto, sino hacerlo de tal manera que el cliente siempre regrese cuando tenga otra necesidad similar, por la confianza que se generó y el cumplimiento efectivo del trabajo encomendado. Quien quedó satisfecho, siempre volverá y pagará lo requerido.
Cuando se acepta un encargo profesional, es indispensable siempre sellarlo con un adelanto en metálico, para comenzar a hacer las gestiones e igualmente, fijar muy bien la distinción entre honorarios y gastos, para que no haya lugar a confusiones y finalmente, establecer un cronograma o modalidad para el pago de la diferencia de los honorarios y gastos pendientes.
Espero que sea de utilidad lo antes expuesto, que no tiene por objeto, en lo absoluto, servir de consejo, sino solo como punto de vista y síntesis de algunas experiencias acumuladas.