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Cuestión a debate: colapso judicial
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Cuestión a debate: colapso judicial
NOTICIA DE LA RAZON
LA RAZÓN 09/11/2004
La juez decana de Barcelona denuncia un colapso judicial por casos de maltrato
Advierte de que muchos de los procesos abiertos son sólo fruto de una discusión
La decana de los jueces de Barcelona, Maria Sanahuja, volvió a denunciar ayer la relevancia que están cobrando muchas denuncias de malos tratos, que se basan sólo en desavenencias conyugales y no en una agresión real. Todo ello ha provocado, según explicó, un colapso en los tribunales catalanes, que se ven obligados a reetrasar otras causas que pueden ser más graves. Las declaraciones de Sanahuja no pasaron desapercibidas.
Redacción
Barcelona_ La conciencia social sobre los malos tratos, el impulso mediático que este problema está recibiendo, y el llamamiento institucional a las mujeres para que denuncien una agresión podría convertirse en un arma de doble filo, ya sea porque hay mujeres dispuestas a mentir o a que el mismo hecho de denunciar se deba a un modo de castigo de una mujer hacia su compañero tras producirse una inconveniencia conyugal. En todo caso, las perjudicadas son las mujeres que corren un riesgo real.
Esta fue la tesis mantenida ayer por la decana de los jueces de Barcelona, María Sanahuja, volviendo a abanderar las quejas del colectivo al que representa. No ha sido la primera vez. Hace unos meses se quejó de que muchas mujeres denuncian malos tratos inexistentes como baza para conseguir una mejor pensión tras el proceso de separación. Ayer, la decana fue más allá al asegurar que, fruto de esta situación, se está produciendo un colapso en el sistema de juicios rápidos por la apertura de casos de violencia doméstica de caracter leve.
En declaraciones a la Cadena Ser recogidas por Efe, Sanahuja explicó que llegan casos a los juzgados que, en ocasiones, «no justifican el poner toda la maquinaria del Estado en funcionamiento con la rapidez del juicio rápido, porque realmente no existe una situación de riesgo». Como ejemplo a su argumentación, explicó que supuestos como el de una discusión de pareja porque no se ponen de acuerdo sobre qué película ver «tienen el mismo trato que las que están en riesgo real», lo que inevitablemente supone un retraso en la resolución de causas más graves.
Y es que los juicios rápidos por violencia doméstica que actualmente están en la agenda suponen entre el 30 y el 40 por ciento del total, lo que está provocando «colas y listas de espera para la celebración de las vistas». Además, sirviendo como muestra, dijo que en los últimos nueve meses de 2003 se produjeron 103 juicios rápidos por violencia doméstica, y que en los primeros ocho meses de 2004 la cifra ha aumentado hasta los 600.
La decana de los jueces también lamentó el desconocimiento que muchas mujeres tienen de las consecuencias penales de denunciar determinados hechos, como por ejemplo «un empujón», y que pueden acabar con una medida de alejamiento o la expulsión del país en el caso de que el condenado sea extranjero. Por ello, quiso prestar especial atención a que «si después de una discusión la gente quiere reconciliarse, el Código Penal en este momento impide la reconciliación», dijo, puntualizando que, en el caso de las denuncias de mujeres extranjeras, «ellas quieren un castigo, pero frecuentemente no quieren la expulsión».
LA RAZÓN 09/11/2004
La juez decana de Barcelona denuncia un colapso judicial por casos de maltrato
Advierte de que muchos de los procesos abiertos son sólo fruto de una discusión
La decana de los jueces de Barcelona, Maria Sanahuja, volvió a denunciar ayer la relevancia que están cobrando muchas denuncias de malos tratos, que se basan sólo en desavenencias conyugales y no en una agresión real. Todo ello ha provocado, según explicó, un colapso en los tribunales catalanes, que se ven obligados a reetrasar otras causas que pueden ser más graves. Las declaraciones de Sanahuja no pasaron desapercibidas.
Redacción
Barcelona_ La conciencia social sobre los malos tratos, el impulso mediático que este problema está recibiendo, y el llamamiento institucional a las mujeres para que denuncien una agresión podría convertirse en un arma de doble filo, ya sea porque hay mujeres dispuestas a mentir o a que el mismo hecho de denunciar se deba a un modo de castigo de una mujer hacia su compañero tras producirse una inconveniencia conyugal. En todo caso, las perjudicadas son las mujeres que corren un riesgo real.
Esta fue la tesis mantenida ayer por la decana de los jueces de Barcelona, María Sanahuja, volviendo a abanderar las quejas del colectivo al que representa. No ha sido la primera vez. Hace unos meses se quejó de que muchas mujeres denuncian malos tratos inexistentes como baza para conseguir una mejor pensión tras el proceso de separación. Ayer, la decana fue más allá al asegurar que, fruto de esta situación, se está produciendo un colapso en el sistema de juicios rápidos por la apertura de casos de violencia doméstica de caracter leve.
En declaraciones a la Cadena Ser recogidas por Efe, Sanahuja explicó que llegan casos a los juzgados que, en ocasiones, «no justifican el poner toda la maquinaria del Estado en funcionamiento con la rapidez del juicio rápido, porque realmente no existe una situación de riesgo». Como ejemplo a su argumentación, explicó que supuestos como el de una discusión de pareja porque no se ponen de acuerdo sobre qué película ver «tienen el mismo trato que las que están en riesgo real», lo que inevitablemente supone un retraso en la resolución de causas más graves.
Y es que los juicios rápidos por violencia doméstica que actualmente están en la agenda suponen entre el 30 y el 40 por ciento del total, lo que está provocando «colas y listas de espera para la celebración de las vistas». Además, sirviendo como muestra, dijo que en los últimos nueve meses de 2003 se produjeron 103 juicios rápidos por violencia doméstica, y que en los primeros ocho meses de 2004 la cifra ha aumentado hasta los 600.
La decana de los jueces también lamentó el desconocimiento que muchas mujeres tienen de las consecuencias penales de denunciar determinados hechos, como por ejemplo «un empujón», y que pueden acabar con una medida de alejamiento o la expulsión del país en el caso de que el condenado sea extranjero. Por ello, quiso prestar especial atención a que «si después de una discusión la gente quiere reconciliarse, el Código Penal en este momento impide la reconciliación», dijo, puntualizando que, en el caso de las denuncias de mujeres extranjeras, «ellas quieren un castigo, pero frecuentemente no quieren la expulsión».
