Violencia de “género”, la mentira más grande jamás contada
Empecemos mostrando una “joya de la jurisprudencia”: “Los hechos han quedado acreditados por la declaración de la denunciante, por lo que a pesar de las manifestaciones que hace el denunciado, de no encontrarse en Valencia cuando ocurrieron los hechos, resulta más convincente la declaración de la denunciante, la cual es totalmente coherente con la declaración en el Juzgado y en la Comisaría. Así mismo, no existe razón para interponer la denuncia si los hechos no hubieran ocurrido”. Sentencia del Juzgado de Violencia sobre la Mujer, número 3 de Valencia, de 11 de febrero de 2013, mediante la cual se condena al denunciado a cuatro días de arresto domiciliario (cuatro días de “localización permanente”, según la jerga judicial) como autor de “una falta de vejaciones injustas” (hemos de suponer que al entender de la magistrada-juez, existen “vejaciones justas”)
Una de las conclusiones que se sacan tras la lectura del texto es que, quienes han tenido la triste suerte de nacer con pene, en España, son ciudadanos de segunda categoría, a los que se les aplica por sistema la “presunción de culpabilidad”.
En segundo lugar, en la “argumentación de la magistrada-juez” (fundamentos de derecho lo llaman, gracioso y perverso eufemismo…) subyace la idea de que las mujeres nunca mienten, pues: ¿Qué razón habría para que una mujer denuncie a un hombre, si los hechos denunciados no fueran ciertos?
Al entender de la señora magistrada-juez, las mujeres nunca denuncian falsamente… la mendacidad, como el coñac Soberano, es cosa exclusiva de los hombres. Las mujeres –ese es el mensaje implícito en las argumentaciones de la magistrada- siempre dicen la verdad, y por tanto es absolutamente impensable que denuncien a su esposo, novio, compañero, falsamente, con intención de causarle algún daño, o cosas parecidas.
Insisto, eso de los embustes es cosa de la condición masculina (¡Ojo! éste no es un caso excepcional, marginal, es la práctica diaria en los juzgados conocidos como “de violencia de género”, es más así lo ordena la jurisprudencia del Tribunal Supremo).
Y lo más perverso: en caso de discrepancias entre la versión de un hombre y una mujer, siempre se darán por veraces las palabras de la denunciante, por ser lo dicho ante la juez, coincidente con lo manifestado anteriormente en la Comisaría de Policía. La magistral-juez lo denomina “coherencia”.
Dice su señoría que “pese a lo manifestado por el denunciado, le resulta más convincente lo dicho por la denunciante”. La pregunta obligada es ¿Por qué?
La única conclusión a la que uno puede llegar es que estas señoras jueces, y sus colegas varones, tienen dotes de adivinación que les permiten viajar en el tiempo y comprobar lo realmente sucedido en el lugar y en el momento, descrito por una mujer que denuncia a su compañero, por haberle infligido –supuestamente- alguna clase de maltrato, de las que se prevé en la denominada “ley integral contra la violencia de género”.
El repertorio de acciones masculinas calificables como “violencia de género” incluye desde proferir palabras soeces o malsonantes, tales como “vete a la mierda”, “que te follen”; o expeler una ventosidad, zarandear a una mujer, empujarla… hasta ejercer violencia física, puntualmente, o de manera ocasional, o el “cajón de sastre” donde todo cabe, y que nombran como “violencia psíquica” (lo común es que lo llamen violencia “psicológica”, que se supone que debería significar la “violencia que ejercen los psicólogos”).
Pero, como comprenderán, lo que cuente una mujer ante el Juez, la Policía, o la Guardia Civil, dependerá del daño que pretenda infligirle a su compañero, o lo que le haya aconsejado su abogado que cuente… Da igual si es o no verdad, pues siempre –salvo honrosas excepciones- se encontrará con una juez, o un juez que dé por ciertas sus afirmaciones y considere inciertas las del denunciado. Otras veces contará con el apoyo entusiasta del Equipo Técnico Psicosocial adscrito a los juzgados de violencia de género, que certificarán que posee todos los rasgos de mujer maltratada, y su compañero de un cruel abusador… y si no, todavía queda la valiosa colaboración –también entusiasta- de algún médico, o médico forense.
Otro factor que debe tenerse en cuenta, ingrediente necesario en esta enorme tragicomedia, es la intervención de los “abogados del turno de oficio de género”, algunos de los cuales harán todo lo posible por convencer al denunciado de que firme una sentencia “de conformidad”, por sugerencia de la fiscalía, si quiere salir de aquello que llaman “palacio de justicia” cuanto antes, y con una sanción leve, pues está perdido irremediablemente, diga lo que diga… Lo cual suele ocurrir en múltiples ocasiones, pues ya ha habido antes otro ingrediente, de especial importancia: cuando un hombre es denunciado por supuestos malos tratos a su compañera, es detenido y encarcelado en los calabozos de la Guardia Civil, o de la Policía, saltándose todas las normas legales, tales como el derecho al “recurso de habeas corpus”; y si la detención se efectúa el viernes, es seguro que el hombre pasará todo el fin de semana en el calabozo, y será puesto a disposición del juez (en algunos casos ni eso) el lunes siguiente. En esos casos, hacer que el detenido firme lo que se le ponga por delante, y se declare culpable de un delito que no ha cometido, está “chupado”. Por supuesto, los abogados canallas (que haberlos haylos) normalmente tienen un lapsus de memoria y no le cuentan al denunciado que al firmar la sentencia “de conformidad” renuncian a cualquier posibilidad de recurso.
Y algunos se preguntarán: ¿Qué ocurre en los casos en los que los embustes son de tal magnitud que, la falsaria se contradice y se sale de ojo? Pues muy sencillo, para evitar que el perjudicado pueda reclamar alguna compensación, la juez, o el juez de turno decretarán su absolución “por falta de pruebas”, que no es lo mismo que declararlo inocente.
En todos los Juzgados de Violencia de “Género” se considera que las denuncias de una mujer -o de un menor- por malos tratos o abusos siempre son veraces. Según “los expertos” ninguna mujer ni ningún niño miente en estos casos. Y quien piense lo contrario es que se está dejando llevar por vicios o estereotipos machistas y patriarcales. Es mas, no creer a la mujer o al menor es “revictimizarlos”.
Cuesta creer que gente seria e instruida pueda manifestar semejantes insensateces. Pero lo peor de todo es que muchísima gente, temerosa de la versión oficial, “canónica”, políticamente correcta, lo ha acabado creyendo o diciendo que lo cree.
Es relativamente frecuente que los jueces, atemorizados por la perspectiva “canónica” y por el enorme poder de sus acólitos, el feminismo de género, también nombrado como “feminazismo”, dicten de forma especialmente precipitada medidas cautelares, impidiendo al supuesto padre abusador o maltratador el contacto con su hijo o hija (en algunos juzgados se llega a conceder el cien por cien de las peticiones de órdenes de alejamiento para supuestos esposos maltratadores) A riesgo, claro está, de que posteriormente se descubra que el alejamiento era injusto y que éste era el propósito de la madre denunciante.
VERGONZOSO....
Simplemente vergonzoso. Siento leer estos posts pero cuando parece que llega la calma es cuando aparece el tsunami...
Y claro, ahora con pies de plomo que ya hay una sentencia y si las cosas se tuercen, en la siguiente denuncia (cierta o no) se tendrá en consideracion....
Cuanto lo siento de verdad.....
Animo
Que verdad más absoluta en todo lo que de expresa en este post, gracias por darnos la oportunidad de leerlo Mamaria, yo también hago la pregunta inocente, (si no fuese algo tan serio, me desternillaria de risa), donde está la condena para quien denuncia falsamente y para "sus cómplices", abogad@, etc, cual es la condena extra por denunciar, (con premeditación y alevosía), hacerlo en fin de semana, víspera de festivo, etc, donde está la sentencia donde ponga que quien a sido denunciado falsamente queda demostradiiiiisimo que es inocente, donde está la presunción de inocencia, hasta que quede demostrada la culpabilidad, (o no), como reza en nuestra Constitución hasta para delitos tan tremendos como asesinos, pederastas, trata de personas, (para prostitución, venta de órganos, niños para adopciones)etc, etc, en fin, para que seguir, la palabra de quien denuncia falsamente, (siendo mujer) tiene más peso que la demostración del varón donde queda demostrado que estaba a mil otros, hay que........, eso mismo.
Para que seguir, más de lo mismo.
Un muy afectuoso saludo Mamaria.
A lo que añado la tremenda INJUSTICIA que supone la inmensa mayoría de los Padres, por no decir todos, sean APRIORI prejuzgados y condenados. Considerados incapaces, desentendidos e irresponsables sean como sean o sean cualqesquiera sus circunstancias.
Toooooodos terminan "obteniendo" prácticamente lo mismo.
En muchísimas de las ocasiones aplastados y casi extinguidos por la pesada losada de contar a sus espaldas con uno o varios informes MANIPULADOS cuando no directamente FALSEADOS. Emitidos por "profesionales" NO colegiados, a veces nisiquiera titulados, carentes de cualquier garantía o principio mínimo de ética y deontología profesional. Que nisiquiera se molestan en comprobar la veracidad de las informaciones que reciben. Que ocultan, tergiversan y manipulan los datos que se les confían.
PENOSO E INACEPTABLE que esto siga ocurriendo. Con la más absoluta impunidad de quienes lo hacen y ante la más profunda indefensión de quienes lo hemos sufrido.
Resultando taaaaaaaaaaan costoso al menos sacar a la luz lo que ocurre
Por qué creéis que no hay (casi) personal involucrado en esos procedimientos (jueces, abogados, bedeles en los juzgados o comisarías) que "abra la boca", que haga blogs, que escriba cargas al director de periódicos, que pongan pancartas en partidos de fútbol, ...yo qué sé... por poner ejemplos que me han venido a la cabeza.
QUizá por NO estar yo familiarizado con los quehaceres de la Justicia conservo cierta noción de lo que es justo y lo que no, de la que ellos carecen, no tanto por una maldad intrínseca sino, como he dicho, por haberse acostumbrado a ello.
Cuando hace años escuchaba esto de las denuncias falsas, yo poco a más o menos pensaba que era de película, como de ciencia ficción, inocente total. Hasta que lo he visto y me consta que es verdad. También me ha tocado sufrirlo.
Yo no sé a día de hoy cuantas denuncias consideradas falsas serán verdaderas, y cuántas denuncias tenidas como verdaderas por la justicia son falsas. No creo en el sistema.
Hola Raquel.
Al igual que tu, en ningun momento se me hubiera pasado por la cabeza que pudieran ocurrir determinado tipo de cosas. Ni tampoco que las personas se prestaran a ellas.
No entiendo cómo es posible que se pueda "trabajar" de esa manera, cuando además se trata de niños!!!!!!!!
Que se sepa que se miente, que se ocultan cosas, que otras no se comprueban o directamente se inventan, etc, etc, y que no pase nada.
Tampoco nosotros creemos ya en nada.
Y mucho menos esperamos que, aún en el mejor de los casos, consigamos lo que desde un principio debió ser,.lo que era de justicia.
Pero.......qué otra cosa te queda si no es, por lo menos, quejarte y denunciar lo que pasa???
Es que no te cabe en la cabeza, así de claro. Hasta que te toca vivirlo o ves otros muchos casos de echarte las manos a la cabeza.
Ese el tema, que los niños son los grandes desprotegidos del sistema, a mí eso me queda clarísimo, en el más absoluto desamparo. Así es.
Mamaría, el problema es que no se investiga nada, no existe ese interés. Ya lo hemos hablado otras veces, no somos más que meros expedientes, todo se reduce a eso.
Por supuesto no te queda otra opción que denunciar cuando ya lo has intentado absolutamente todo, pero sinceramente es como jugar a la loteria. Que alguien se tome la molestia en indagar e investigar sería como si te tocase el gordo.
Respecto a la ley de violencia de género, directamente me parece que hay que finiquitarla, porque aunque a mi me costaba creerlo, es cierto que hay un negocio impresionante, yo me he enterado de cada barbaridad uff.
Demasiadas veces en demasiado poco tiempo hemos oído hablar de ese "negocio"
Y sinceramente tampoco yo daba crédito.
Es verdad que resulta muy difícil que se investigue. Principalmente porque, no nos engañemos, no interesa.
Pero igual si la gente se llega a enterar, si se une o mejor dicho nos unimos........pues igual en algún momento sale algo.
No es sólo un informe el que se haya falsificado. No es sólo un padre o madre (pero siguen siendo por mayoría los hombres los peor parados) los que se han visto acusados y señalados falsamente. No es sólo un documento el que se pierde, el que no aparece.
No hay solo un perito psicólogo que se haya inventado directamente lo más grande, que ha firmado informes sin estar colegiado y hasta sin tener título!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Son muuuuuuuuuuuuuuuuuuchos los casos
Y en algun momento...............supongo que estallará. Al menos yo confío en que estalle.
He oído hablar de genocidio, de muertos en vida, etc. Y aunque de entrada me parece palabras duras que desde fuera pueden parecer exageración, la verdad es que una pasada. Porque al final resulta que se trata de niños que están viviendo unas vidas con unos perjucios que no les corresponden.
Y alguien -supongo- Y ESPERO tendrá que hacerse responsable por ello
Un abrazo Raquel
Yo te juro que a mis años no he perdido mi capacidad de sorprenderme todavía. Y mira que he conocido casos además de la propia experiencia.
Es cierto lo que dices, yo de verdad que no soy tan valiente, sí me gusta tratar de concienciar de otra manera, pero ni muerta se me ocurre otra vez tocar la puerta de la justicia, siento que es meterte directamente en la misma selva y sin protección para bichos jeje.
Ojalá! Ya me gustaría!!!!!!!!!!!!!!!!!
Me encantaría tener el valor, el tiempo y los recursos suficientes como para poder buscar las cosquillas a todos y cada uno de los que han tenido y/o permitido las grandes burradas que se han cometido.
Aunque no consiguiera nada, puesto que soy perfectamente consciente de que el daño que se le ha hecho a ese niño, a mi marido, a mi y a toda la familia porque todos lo hemos y estamos sufriendo, es ya irreparable; me encantaría por al menos molestarles. Ponerles en la situación de tener que explicar lo que han hecho, que quede en evidencia. A ver si así, si la ocasión se les vuelve a presentar, van y como mínimo se lo piensan.
No me extraña que de todo esto intente salir uno corriendo.
A medida que se más cosas entiendo menos.
Un abrazo
GABINETES PSICOSOCIALES DE FAMILIA. SALTA EL ESCANDALO
Articulo publicado en vegamediapress.es
Los gabinetes psicosociales adscritos a los
juzgados tienen la tarea de orientar las decisiones judiciales en asuntos de tanta importancia como el de anular los derechos de una persona mediante una incapacitación. Debido a la alta tasa de conflictividad familiar que se da en nuestro País, su trabajo más frecuente se desarrolla en asuntos de Familia, donde su peritación suele ser decisoria a la hora de volcar custodias, prohibir visitas o imponer alejamientos determinando si el padre que se está divorciando tiene “perfil maltratador”. Sus consecuencias se convierten en irreversibles en los niños, cuya personalidad se va a forjar bajo los condicionantes que le hayan sido impuestos judicialmente y puede quedar lesionada para siempre si no fueron los correctos porque se produjo una peritación inadecuada. Por eso es tan mezquino que un dictamen no se emita con criterios estrictamente profesionales en beneficio del menor, sino que se dé cabida a otros intereses. Esto es algo que una sociedad que aprecie su futuro no debería tolerar. En España han venido sucediendo muchas cosas vergonzosas que debemos corregir, y esta parece ser una de ellas.
Y así se pone de manifiesto ahora en Sevilla, donde los 3 Equipos Psicosociales de los Juzgados de la Ciudad se encuentran denunciados e investigados desde hace casi un año en un proceso de instrucción por denuncias presentadas por 3 ciudadanos, debido a la elaboración de informes falseados. Todos los denunciantes son varones (2 padres de familia y un abuelo cuyo hijo ha quedado sumido en una profunda depresión) que han visto perjudicados sus derechos a la hora de la atribución de la custodia y régimen de visitas de los hijos o nietos. Las actuaciones reprochadas consisten en la realización de informes oficiales sobre exploraciones a menores sin la correspondiente autorización judicial ni consentimiento paterno, la emisión de informes sobre la relación del padre con los hijos sin molestarse en presenciarla, la atribución de un carácter violento al padre en base a denuncias presentadas por la madre a sabiendas de que habían sido desestimadas en doble instancia en los Juzgados, calificarlo de “adicto” sin base objetiva alguna, etc. Denuncian manipulaciones tan alevosas como la de haber informado que la familia paterna nunca se presentaba a visitar al menor en el Punto de Encuentro, después de haberles impedido expresamente el acceso sin una orden judicial que lo justificara. Con esas actuaciones se condicionó decisiones judiciales que produjeron la separación injustificada de los menores de su entorno familiar paterno y, en opinión de los denunciantes, trastornos psicológicos graves en todos los afectados, especialmente los menores, algunos de los cuales han presentado conductas agresivas contra profesores o han precisado asistencia psiquiátrica.
Todas las denuncias han sido agrupadas en el Juzgado de Instrucción Nº 7 de la Ciudad Hispalense. Aunque fueron presentadas entre los meses de Junio a Diciembre de 2014, el proceso se encuentra bloqueado por la falta de pronunciamiento del la Fiscalía de Sevilla desde hace más de 9 meses, muy por encima del plazo máximo legal de 6 con el que cuenta para hacerlo. Los afectados señalan a la fiscal jefe de Sevilla, la Sra. Segarra, como responsable directa de ese bloqueo, pues ya con anterioridad a este asunto venía desoyendo las órdenes recibidas en Noviembre de 2013 desde la Fiscalía General del Estado y la Superior de Andalucía para investigar a la trabajadora social y posteriormente al psicólogo y al conjunto del Equipo Psicosocial Nº 1 de aquella ciudad.
El Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental también ha sido denunciado por complicidad, al negarse a perseguir la carencia de colegiación del Psicólogo del Equipo Psicosocial Nº 1 (cuya obligatoriedad está avalada por el Tribunal Constitucional) y el intrusismo profesional de un individuo sin titulación relacionado con un alto cargo del Colegio, que realizó 42 sesiones de terapia en una mujer y la impulsó a presentar una denuncia por maltrato (que se desestimó por falsa) para poder apartar a los hijos de su padre. Además, se ven incluidos en el procedimiento judicial los Puntos de Encuentro Familiar de Sevilla y algunos altos cargos de la Junta de Andalucía de los que dependen estos Equipos Psicosociales, por emitir resoluciones absolutorias sobre la praxis profesional de 2 de los psicólogos denunciados, suplantando así las funciones del Colegio. Estos son también los encargados de la distribución de las importantes subvenciones públicas que Asuntos Sociales destina al Colegio de Psicólogos y, en general, al entramado conocido como “Género”.
Durante mucho tiempo, muchos otros afectados han venido quejándose de este tipo de prácticas en foros sociales, pero el temor de los afectados y sus abogados a la respuesta que se suele dar a este tipo de denuncias en las mismas Instituciones Judiciales a las que pertenecen estos Equipos Psicosociales, la amplitud de la influencia corporativa que llegan a acumular las Instituciones de “Género” y la falta de conexión entre los afectados, explica que apenas se produzcan reclamaciones por este tipo de asuntos. Pero en lo que llevamos de año 2015, otros 2 padres de familia de Córdoba y Cádiz se han sumado a la iniciativa de estos 3 sevillanos, uniendoles sus propias denuncias sobre los Equipos Psicosociales de sus localidades ante la Fiscalía General del Estado. La iniciativa de este pequeño grupo está consiguiendo despertar el valor de algunos de esos numerosísimos padres y madres que expresaban su frustración Internet. Muchos ya están preparando las pruebas para entregar también sus propias denuncias y podrían desencadenar una oleada que consiga trascender a la opinión pública. De momento han conseguido que se abra diligencias en Sevilla y Huelva.
Su expectativas se han visto alentadas porque, dentro del tímido proceso de saneamiento de las Instituciones Públicas que está viviendo nuestra Sociedad, recientemente en Murcia ha sido expedientada y sancionada con 4 meses de suspensión una psicóloga judicial, por la elaboración de un informe en un caso en el que una de las partes del proceso judicial en el que ella peritaba había sido atendida a en su consulta privada.
Escenas tan novedosas como la capacidad de unión de este grupo de denunciantes andaluces y la aparición de este tipo de sanciones abren la esperanza para cambiar realidad cotidiana de ciudades como Murcia, donde todos estamos acostumbramos a presenciar casos como el de una conocida psiquiatra vinculada a los Juzgados que volcó la custodia a favor de un padre del que terminó haciéndose pareja estable inmediatamente después del procedimiento judicial, pero volvió a volcarla a favor de la madre cuando rompió su unión con él. La catastrófica intervención pública en las situaciones de conflictividad familiar ha venido sufriendo dimensiones dramáticas en lugares como Madrid, Murcia o Canarias, donde la demora para tener acceso a un Punto de Encuentro Familiar donde poder ver a los hijos llega a superar el año alegando falta de recursos. Mientras tanto, se destina enormes partidas presupuestarias a financiar el asociacionismo neo-feminista o a implantar como obligatoria en muchas facultades de la Universidad Española la asignatura ideológica de Género, a semejanza de lo que ocurría en los peores tiempos de la Dictadura con su doctrina. Ante este tipo de actuaciones da la impresión de que, agotado ya el “filón” de las recalificaciones por el hundimiento de la Construcción, los sectores políticos menos escrupulosos están buscando ahora su lucro en “el Género” y “la Igualdad” a costa del erario público y de la desgracia de hijos, padres, madres, y abuelos.
Los promotores de esta iniciativa disponen de una dirección de correo electrónico (sereshumanosymenoresdestruidos@hotmail.com) para informar a todos aquellos padres, medres y abuelos que deseen recabar información al respecto o sumarse a ella.